Cámara subjetiva

Vencedores y vencidos

¿No habría manera de revitalizar una ceremonia tan llena de esa parafernalia que provoca la división?

En Granada comenzamos cada año con la misma polémica sobre la celebración del llamado Día de la Toma. ¿No habría alguna manera de revitalizar una ceremonia tan llena de esa parafernalia religioso-civil que provoca la división entre los granadinos? ¿No habría otro modo de conmemorar aquel hecho, trascendental por supuesto, incidiendo más en la mirada que hoy podemos tener sobre aquel pasado, la herida que supuso para gran parte de la población granadina y tratando de acercar y suavizar la altanería del triunfo y la hiel de la derrota?

Tres años llevaba el PSOE sin querer participar en estos fastos como protesta. Pero el nuevo alcalde, apenas con unos pintorescos retoques, ha vuelto a repetir la añeja representación (¡ay, la política y sus claudicaciones!). Tampoco quiere nuestro alcalde que el día 2 deje de ser festivo, a pesar de que este año, precisamente por estar abiertos los comercios, ha habido más gente en la calle y más ambiente de fiesta que ningún otro. ¿Para qué hace falta que este día, en plenas navidades, cuando los niños están de vacaciones y la gente, revolucionada con las compras, se echa a la calle de todos modos, para qué queremos, digo, que el 2 de enero sea 'día de fiesta'? ¿Por qué no escuchar a la Plataforma 'Granada abierta' y a las voces de los muchos y muchas granadinas que pedimos un día de fiesta para el 26 de mayo, fecha en la que Mariana Pineda murió en el cadalso?

¿No merece esa fiesta la figura excelsa de Mariana Pineda, símbolo de la entereza y la nobleza humana? El lema de Mariana Pineda -el que había que bordar en la famosa bandera que le costó la vida- era: "Ley, Libertad, Igualdad". Su muerte a causa de esa lucha la convirtió en el símbolo de una mentalidad liberal, abierta y progresista. Y es curioso que el otro símbolo granadino de esta misma lucha, que es Federico García Lorca, pusiera su atención y su amor en la figura de esta mujer fuerte, valerosa y leal para llevarla al teatro en su famosa obra: Mariana Pineda. Lo cierto, dramático y fatal es que estos dos símbolos granadinos, españoles y universales, acabaran de la misma manera: ajusticiados.

Y es curioso que también Federico García Lorca se opusiera a esta forma tradicional de celebrar la toma de Granada. ¿Por qué no hacerlo de una manera más sencilla y pasar el día festivo que la ciudad dedica a este acontecimiento a celebrar como merece el día de nuestra heroína?

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