Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Vergüenza ajena

Mientras la población acata las decisiones del dictador, Iglesias va al supermercado sin mascarillas ni guantes

Padres y niños abarrotando paseos y calles, gente saliendo a comprar al supermercado, a la farmacia y el periódico, ancianos paseando y multitud de deportistas noveles corriendo por doquier… ¿Puede decirme señor Sánchez dónde está el confinamiento? Y, si todo el mundo puede salir a la calle a diario con uno u otro pretexto, ¿puede explicarme por qué no pueden incorporarse los trabajadores a sus puestos de trabajo para evitar que España tenga una ruina mayor de la que ya se nos avecina? ¿por qué los científicos no pueden acudir a sus laboratorios para investigar sobre el Covid-19?

Plan de desescalada, que salgan los niños, los mayores, los deportistas, los paseantes… Todos estos mensajes con los que los mariachis del gobierno nos bombardean a diario -incluido Sánchez y su Aló Presidente de los sábados- son para evitar que se hable del auténtico drama humano de esta pandemia: que todavía hay más de 300 muertos todos los días, que falsean los datos de muertos -más de 45.000-, y que prohíben las autopsias -necesarias para los familiares y la ciencia-, sólo para evitar reclamaciones e indemnizaciones futuras; que falsean los datos de contagiados, ya que sólo cuentan los positivos por PCR, no por test de anticuerpos, y hasta los epidemiólogos ya han protestado porque necesitan conocer los datos reales para estudiar la pandemia; que en los Decretos de alarma nos cuelan ilegalmente modificaciones sobre clases pasivas, sobre plazos y términos judiciales, sobre la incorporación de Iglesias al CNI… Mentiras, ilegalidades e inconstitucionalidades por doquier, al cercenarse nuestros derechos fundamentales bajo la excusa de un simple estado de alarma.

Y mientras la población sigue acatando las decisiones del dictador, Iglesias va al supermercado sin mascarilla ni guantes y con un guardaespaldas mostrando pistola en cintura. Lamentable gobierno que los españoles no merecemos en un momento tan trágico. No me extraña que Holanda -que no es ningún paraíso fiscal como ahora apunta la caverna mediática- se niegue a que Europa preste dinero a fondo perdido a un país que, cuando ha podido, no ha pagado su deuda, pero que sí que ha engrosado su inútil casta y aparato político.

Véanse los 24 ministros de la incompetencia, la monomarental Montero de Galapagar -la de los cinco test-, los bandazos continuos de un gobierno desnortado, o los diputados y senadores que no han renunciado a los 1.900 euros de dietas/mes que no están consumiendo. Ya verán como luego el sablazo nos lo dan a los de siempre. Vergüenza ajena da esta casta política…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios