EL portavoz de UPyD y parlamentario vasco Gorka Maneiro dijo ayer que la "inmensa mayoría" de los que participan hoy en la manifestación convocada por Herrira en Bilbao por los derechos de los presos vascos "nunca criticó los crímenes" de ETA y nunca "se les vio en marchas, concentraciones o actos de repulsa contra ETA". Por eso, añadió, la manifestación hará visible "cuánta gente no tiene problema moral para ir de la mano de los que durante tantos años y todavía hoy apoyan a ETA" y recordará, a quien lo haya olvidado, que la sociedad vasca tiene "un inmenso problema ético".

Este problema ético tiene dos nombres: complicidad y miedo. Muchos están de acuerdo con los asesinos y otros muchos les tienen miedo o temen que, de no ceder a sus pretensiones, vuelvan a matar. La complicidad y el miedo ante el terror fueron analizados por Nadezhda Mandelstam en sus memorias Contra toda esperanza, editado por Muñoz Molina en su extraordinaria colección La memoria del siglo que publicó Círculo de Lectores y ahora reeditado por Acantilado. Según George Steiner, "la genialidad de este libro" hace que "juzgarlo, aunque sólo sea para rendirle homenaje, raye casi en la insolencia". Según Muñoz Molina, es el mejor testimonio sobre el horror del Gulag comunista porque "explica como nadie lo que sucedía en el interior de las conciencias". Fíese de estas autoridades, si no de mí. Salga corriendo y cómpreselo.

En el capítulo La prueba del miedo escribe Mandelstam: "En mi infancia, cuando leía libros sobre la Revolución Francesa, me hacía con frecuencia la siguiente pregunta: ¿es posible salvarse en una época de terror? Ahora sé con firmeza que no es posible. […] Los muertos están muertos, pero todos los demás, verdugos, ideólogos, ayudantes, adeptos entusiastas, los que cerraban los ojos y se lavaban las manos, todos ellos son también víctimas del terror. Cada capa de la población […] pasaba su propia forma de la terrible enfermedad que se llama terror; y hasta la fecha no se ha recobrado aún, sigue enferma y no es apta para una vida cívica normal".

Aplíquese al caso vasco, salvando la inmensa distancia en número de víctimas que va del comunismo a ETA (a los asesinados les son indiferentes las estadísticas). Y a la manifestación de hoy, tan plural en sus apoyos: Bardem, Toledo, Tardá, Gordillo y Mayor Zaragoza, subsecretario de Educación y Ciencia del último gobierno de Franco.