El susto que ayer se llevaron unos cuantos granadinos en pleno centro fue chico. Un hombre empezó a dispararse con agentes de Policía junto a la Catedral. El ruido llegó hasta otras calles colindantes y muchos de los paseantes huyeron de la zona aterrados. Finalmente, el suceso no se saldó con ninguna víctima mortal pero sí con un herido y un miedo terrible. La violencia a plena luz del día debe impresionar. Sobre todo si uno se encuentra paseando placidamente por el centro de la ciudad. Sin embargo, no siempre la violencia se ejerce de forma tan directa. A menudo, se muestra bajo una apariencia que a veces no se sabe verbalizar o ni siquiera captar. A diario, en el trabajo o en el hogar, muchas veces se ejercen pequeñas violencias: desde la explotación laboral al mobbing o el acoso psicológico o físico de una persona sobre su pareja o un ser querido. Aunque, claro, es normal que uno se asuste al ver Granada convertida en un escenario del GTA. Quizá uno pueda sentir en ese momento un peligro difícil de eludir. Lo mejor será cuidarnos los unos a los otros.

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