Cambia, todo cambia

Virus monárquico

Habrá que seguir con atención las pesquisas para evaluar si los posibles contagios afectan a más miembros de esta familia

Hay dos cuestiones con corona que están afectando directamente a nuestro país. La primera es un virus cuyos contagios están creciendo de manera exponencial (como ocurre con las gripes invernales) del mismo modo que crece exponencialmente el espacio que los medios de comunicación dedican a este tema. Y es que el coronavirus está demostrando muchas de las fragilidades de nuestro mundo globalizado y ha supuesto ya un duro golpe sobre todo a los eslabones más débiles de la cadena: empleos precarios, autónomos y pymes.

Para evitar daños mayores no está de más volver a repetir que según las autoridades sanitarias la mortalidad es muy reducida y afecta casi en exclusiva a la población vulnerable, normalmente de edad avanzada y con patologías previas. Esperemos que toda la ciudadanía cumpla con las medidas de higiene y prevención, y que las acciones de contención de los gobiernos surtan efecto lo más rápido posible. Eso sí, no es sano para la democracia que nuestros gobiernos piensen que vamos a aceptar medidas de excepción sin una justificación clara, habrá que hacer un análisis crítico cuando todo esto pase y evitar que una posible necesidad se convierta en abuso. Si alguien tiene dudas respecto a lo que estoy diciendo que lean atentamente la columna que el profesor de Salud Pública Antonio Daponte publicó el jueves pasado en este mismo periódico.

La segunda cuestión con corona que debería preocuparnos es la monarquía. En este caso las sospechas de corrupción crecen de manera exponencial pero los principales medios de comunicación no le han casi espacio. Por si alguien no lo sabía, según eldiario.es, la fiscalía suiza acusa al Rey Emérito de haber regalado 65 millones de euros a su supuesta amante Corinna Larsen en 2012 y sospechan que ese dinero proviene de una donación de 100 millones de dólares del Rey de Arabia Saudí en 2008. Sería una vergüenza que en uno de los peores años para la ciudadanía de nuestro país el Rey Juan Carlos pudiera haber hecho regalos tan exorbitados desde cuentas suizas con tantos ceros que para más inri estarían alojadas en sucursales de paraísos fiscales como Bahamas.

Quizás el yerno del Rey cuando ponía la mano para recibir jugosas comisiones lo que tenía era un virus con corona, un virus monárquico, que podría haber contraído en la Casa Real. Habrá que seguir con atención las pesquisas para evaluar si los posibles contagios afectan a más miembros de esta familia y si la enfermedad es tan grave como para poner en cuestión una costosa institución que cada día genera más contradicciones en nuestra sociedad.

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