La segunda ola es un desandar lo andado. En lugar de ir a mejor, vamos a peorm como si el tiempo retrocediese inexorable hacia los peores momentos de la pandemia. En ese (des)quemar etapas, sabremos que estamos a las puertas de un nuevo confinamiento cuando volvamos a ver los runners corriendo por las calles de Granada, pues ellos fueron la primera señal de la desescalada.
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