La caída de Rajoy y el Gobierno del PP ha resultado una bendición. Ábalos ha anunciado que a partir de septiembre, y mientras llega el AVE, funcionará un Talgo a Madrid por la vía de Moreda. El nuevo ministro de Fomento acaba en semanas con la incomunicación ferroviaria a que condenaron los conservadores a la provincia siendo Sebastián Pérez jefe del partido en Granada, presidente de la Diputación y concejal del Ayuntamiento. El gesto, aunque humilde, es mayúsculo. Este salto hacia atrás provoca una alegría naíf a quienes el PP dejó huérfanos de tren. Devuelve al "campo, campo, campo, entre los olivos, los cortijos blancos" a aquellos que, siguiendo con Machado, vivimos "esta segunda inocencia que da no creer en nada", a los amantes del viaje sosegado y a ritmo de chucuchú que sólo el ferrocarril permite.
Así que viva Ábalos. Viva Entrena. Viva Cuenca. Vivan los fulares. Viva la fotillo vintage. Vivan las mareas amarillas y las plataformas de cualquier color. Vivan los granadinos que se han manifestado insistentemente en contra de la indolencia y la incomunicación ferroviaria. Y viva, pero lo más lejos posible del despacho de la Alcaldía o de cualquier centro de poder, Sebastián Pérez. ¡Para verdades, el tiempo! Y el tiempo lo deja a la altura de la séptima planta del subsuelo. Si sigue encabezando las procesiones de la Virgen de las Angustias nos condena a levitación perpetua, a viajar obligatoriamente en burro, en bus, en avión o en alfombra voladora. Siendo él líder provincial del PP, sus compañeros Ana Pastor y de la Serna violentaron repetidamente la verdad. Convirtieron su departamento en el Misterio de Fomento. O en el Ministerio de FoMiento. No sólo no llegó el AVE: suprimieron los trenes convencionales a Madrid y Barcelona. De la Serna no cesó de parir greguerías durante su mandato. O engañaba constantemente y Sebas lo creía, con lo cual cabe suponer que es medio lelo. O Sebas estaba al corriente de toda esta mentira de vía estrecha y los lelos del todo éramos los granadinos. ¿Y qué decir del diputado Carlos Rojas? En diciembre de 2015 afirmó, sin mover un músculo del rostro, que en apenas dos semanas el AVE llegaría a la Estación de Andaluces. Unas 140 semanas después conocemoss que el Tren de Alta Velocidad aún no tiene fecha de estreno y que, si Ábalos cumple su palabra, regresamos al Talgo. Volvemos a la antesala del culo ferroviario. Justo donde estábamos antes de que el PP, Sebas, Rajoy y el ingeniero de los cantos greguerianos gobernaran.
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