El 13 de febrero de 1.492 los Reyes Católicos otorgan la "carta de merçed del oficio de alcaide de las juglaras y juglares de Granada a favor de Ayaya Fisteli, conforme usaron tal cargo los alcaides nombrados por los reyes moros".

El término zambra aparece en numeroso documentos como la música y danza de las moriscas y moriscos.

El Ayuntamiento de Baza, en 1495, llama a los zambreros moriscos a acompañar la celebración del Corpus Christi, y en 1524 para el Jubileo. En Málaga, en 1535, son requeridas las zambras de la Axarquía y de la Hoya a la capital para celebrar la toma de Túnez y el día de San Luis.

Francisco Núñez Muley, representante de la comunidad morisca, en 1566, en su Memorial en defensa de las costumbres de los moriscos recuerda: "... en tiempos del señor arzobispo D. Hernando de Talavera permitió las dichas zambras, acompañando con sus instrumentos al Santísimo Sacramento de la procesión del Corpus Christi... y que habiendo pasado el señor arzobispo a la visita de la villa de Ugíjar, posando en la casa llamada Albarba, la dicha zambra le aguardaba a la puerta de su posada y luego que salía le tañían instrumentos yendo delante de su ilustrísima hasta llegar a la iglesia..., lo que había visto en el año 1.502...".

Carlos V se casa con Isabel de Portugal en 1526 en el Real Alcázar de Sevilla y se vienen en luna de miel de seis meses a la Alhambra. El doctor Johannes Lange, acompañante del conde Federico del Palatinado, que estuvo en Granada en junio y julio de 1526, durante la estancia de Carlo V, describe una de las zambras que los moriscos le hicieron al Emperador: "En el último día de su residencia en Granada el Emperador llevó a mi noble señor a los jardines de la Alhambra para que viera la danza hecha por las moriscas, todas alhajadas con excelentes perlas y otras piedras preciosas en orejas, frente y brazos".

La reina Isabel de Portugal, esposa del Emperador Carlos V de Alemania y I de España, fue defensora de la música de los moriscos y las zambras en contra del criterio del arzobispo de Granada Gaspar de Ávalos (1530).

En 1.566 el inquisidor general, cardenal Diego de Espinosa, preparó, junto con Felipe II, un edicto que imponía varias prohibiciones a los moriscos. El 1 de enero de 1.567 Pedro de Deza es nombrado, ex profeso, presidente de la Audiencia de Granada, promulgó el edicto y comenzó a ponerlo en práctica. Las zambras y leylas quedaron prohibidas. Este edicto y sus múltiples prohibiciones motivaron la rebelión del Albayzin y de la Alpujarra.

Otro colectivo en la marginalidad tomará el relevo de las zambras moriscas, transformándolas e incorporándole su sello propio: el pueblo gitano de las cuevas del Sacromonte granadino.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios