Un año. Un largo y odioso año hace que la afición del Granada CF no pisa el estadio de Los Cármenes. La hinchada se despidió de los suyos sin saber que sería la última vez que los verían, pero con el aplauso largo y emocionado de todos los que estuvieron en el duro momento de la eliminación de la semifinal de la Copa del Rey frente al Athletic Club. Seguro que aquellos vítores, aquella entrega en la derrota sirvió para que el Granada lograra todos los éxitos que han venido después, pero ya con las gradas vacías, y con el recuerdo del año mágico 2019-20 que se estaba viviendo. Un año sin oler a césped, sin cantar ni gritar, sin abrazar al del asiento de al lado festejando, entonces, cualquier gol de Carlos Fernández, de Soldado, aquel cabezazo de Germán que nos metía en la final... La pandemia ha fastidiado y para bien a la afición del Granada, que se pierde al mejor equipo de su historia, y su primer paseo por competiciones europeas. El fútbol no compensa, pero el destino tiene que devolvernos algún año de gloria en el campo.

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