SEIS de los once pantanos y embalses de Granada están desaguando al superar el límite del 85%. Las abundantes lluvias de otoño e invierno más el deshielo han elevado a cifras histórica el agua embalsada en nuestra provincia, un 24% más que el promedio de la última década. Cada día los embalses desalojan 3 hectómetros cúbicos de agua, una cantidad muy respetable que está surtiendo a los ríos y a las infraestructuras de contención menores, como las balsas. Es obvio que hay que aprovechar esta situación para atesorar la mayor cantidad de agua pero también para reabastecer el ciclo natural. Sólo cabe una excepción que es, no lo olvidemos, una excepción casi histórica: la presa de Rules, la gran obra hidráulica de la provincia cuya red de canalizaciones sigue sin terminar. La buena voluntad mostrada por el Gobierno en los últimos presupuestos debe hacerse efectiva sin dilaciones para que el reparto del agua (un bien escaso en términos generales) llegue hasta donde se ha proyectado.

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