Editorial

El ajuste del empleo no ha terminado

E L número de parados inscritos en las oficinas de empleo aumentó en 61.083 personas en agosto, un 1,5% más que en julio, quebrando así la racha de cuatro meses de disminución del desempleo. Paralelamente, la Seguridad Social registró la pérdida de 131.858 afiliados en el mismo periodo. En Andalucía, la cifra de parados subió en 13.325 personas, siendo cuantitativamente la comunidad que experimentó el mayor incremento, junto a Cataluña. Ni siquiera la reactivación del turismo ha sido suficiente para que esta comunidad autónoma levante el vuelo en cifras mínimamente significativas. Aunque agosto suele ser un mes de aumento del desempleo y la subida de este año ha sido menor que la sufrida en los tres años negros de la crisis (2007, 08 y 09) en el mismo mes, las declaraciones de la vicepresidenta económica, Elena Salgado, han pecado de optimistas: la tendencia desestacionalizada indica que la destrucción de empleo ha continuado también en agosto, aunque con menor virulencia que en los pasados ejercicios. Una vez concluida la política de estímulos a algunos sectores productivos y empezado a aplicarse la política de restricción de inversiones y gastos por parte de las administraciones públicas, el resultado ha sido propio de una especie de otoño adelantado, que presumiblemente se agudizará en septiembre, una época en que muchos estudiantes que terminan intentan incorporarse al mercado de trabajo. Nos esperan unos próximos meses malos desde el punto de vista del empleo, ya que los efectos más profundos de la retracción de la actividad y el recorte del gasto público evidenciarán, previsiblemente, que el ajuste del empleo no ha terminado en nuestro país. Tampoco interesa caer en el catastrofismo, ya que la destrucción de puestos de trabajo en cantidades espectaculares la hemos sufrido con anterioridad y cabe esperar reducciones de empleo más moderadas. No hay, desde luego, motivos para la satisfacción, salvo la conciencia de que la política económica, tras mucho tiempo de indefinición, ha comenzado a enderezar el rumbo. Sus resultados, sin embargo, aún tardarán en materializarse. El paro no para.

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