Perdiendo el norte

A la altura

Si todos ponemos un poco de nuestra parte, podríamos sacar buen provecho del curso político que comienza en Granada

Granada ha comenzado un curso político apasionante. Si todos ponemos un poco de nuestra parte, podríamos sacar buen provecho. Todos, incluyendo los periodistas que deberíamos confabularnos para no dar cancha a quienes sólo hacen ruido sin ninguna nuez detrás, en no alentar debates estériles y no dar protagonismo a quien no se lo gana. Decididamente muchos en esta profesión hemos confundido el clamor tabernario de las redes con la vida real.

Granada tiene que seguir unida ante el reto del acelerador de partículas y el de la sede de la inteligencia artificial. Nuestros gobernantes tienen que salvar un gran obstáculo para lo segundo: hacer ver que lo primero no lo debe frenar y que ambos proyectos son imprescindibles y necesarios por simple justicia con una tierra cuya mochila de deuda histórica se remonta muchas generaciones atrás.

No podemos dejar pasar la oportunidad de conseguir una buena conexión ferroviaria con el Corredor Mediterráneo. Hay cosas que hay que pelear dejándolas claras ya. Necesitamos un cronograma concreto del tren de velocidad alta a Almería. Y reitero: este proyecto es viable para Granada si tenemos una segunda vía, la de Baza.

Si arrancamos del Ministerio el compromiso por escrito de la ejecución de la Variante de Loja en cuatro años, una mínima vida para las líneas convencionales ferroviarias, la mejora de la línea de Almería y la vuelta del tren por Baza, aunque fuesen ambos con una sola vía, nos podríamos dar por satisfechos. Pero ese compromiso no estaría completo sin una concreción del proyecto ferroviario con la Costa Tropical y sin que lo firmen todos los partidos.

Y luego está lo del soterramiento de las vías a su entrada a Granada. Afrontemos con seriedad y rigor el debate sobre la necesidad o no de sacar la estación a otro lado, la posibilidad real de afrontar la inversión del tren enterrado y la necesidad o no de utilizar terreno de vega como alternativa. Estudiemos todo con argumentos sólidos y sobre el papel. El decir que no a algo porque esté en la vega no me vale ya que nadie a dicho no pío a la ubicación de la vega para la construcción de la Segunda Circunvalación, la GR-43 o las ampliaciones históricas de empresas. Utilicemos argumentos semejantes para estudiar la vialidad de proyectos semejantes. Y con esto no presupongo mi opinión: sino la tengo porque no tengo todos los datos -ni nadie-.

La UGR debe afrontar con seriedad el proceso electoral que tiene por delante. No podemos permitirnos echar mierda sobre uno u otro candidato, como ocurrió hace siete años.

Y además, tenemos por delante otro proceso electoral. Están en juego los ayuntamientos y la Diputación. Pero eso da para otro capítulo.

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