Rosa de los vientos

pilar Bensusan

ángeles y demonios

MIENTRAS el país se debate entre la crisis, el paro, los recortes, Bárcenas, Urdangarín y la entrañable y real amiga Corinna, cuyos "delicados" trabajos para el Gobierno sólo ella conoce, la renuncia del Papa del pasado día 28 de febrero me ha recordado a un auténtico episodio de la archifamosa novela de Dan Brown Ángeles y demonios. El helicóptero que trasladó al Papa a Castelgandolfo sobrevolando la cúpula del Vaticano a la caída del sol evocaba al malvado camarlengo hijo del Papa haciendo explotar allí mismo el helicóptero con la antimateria, para luego descender en paracaídas y pretender ser nombrado Papa por aclamación popular al haber salvado Roma.

Aunque las intrigas vaticanas no son idénticas en la ficción que en la actual realidad, ésta tampoco le va mucho a la zaga, no hay más que darle un repaso a los escándalos de pederastia o al Vatileaks, con su epicentro en el traidor mayordomo del Papa, Paolo Gabrielle, más conocido en los ambientes vaticanos como "el cuervo", cuestiones que tanto han minado la moral de un Papa intelectual que siempre ha velado por la transparencia.

Pero en el mundo de las intrigas vaticanas tampoco hay que olvidar al actual camarlengo Tarsicio Bertone -que ha negado la paternidad de un joven de 30 años-, y que en realidad se llama Tarsicio Pietro Evasio Bertone y es natural de un pueblo italiano de la provincia de Turín llamado Romano Canavese, por lo que ya muchos le ven como el último Papa de las profecías de San Malaquías, Pedro Romano. Siendo Benedicto XVI el Papa número 111, el De la gloria del olivo, el 112 y último sería Petrus romanus, que asistiría a la destrucción de la ciudad de las siete colinas y a un apocalíptico juicio final. Como se ve, especulaciones no muy lejanas de la apasionante ficción de mister Brown.

Es más, si en la ficción existían 4 papables preferidos, en los mentideros se dice que Benedicto ya ha dejado caer su lista de preferiti, siendo Scola y Ravasi los "señalados" por el ya Papa emérito.

En fin, entre las apocalípticas profecías mayas que podrían haber errado en unos mesecillos, las profecías de San Malaquías y que en unas semanas vamos a tener dos Papas, aunque uno sea emérito, está claro que asistimos a un importante cambio de ciclo propiciado por la sorprendente y humilde renuncia de un hombre cansado, pero también hastiado por tanto escándalo ajeno, que debería de servir de ejemplo para que más de uno dejara su sillón.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios