Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Un año ilusionante

2018 se presenta lleno de oportunidades: Metro en pleno funcionamiento, Centro Lorca, acelerador de partículas, etc.

En los primeros días del año resulta habitual hacer previsiones sobre lo que nos deparará. Luego, al final, comprobaremos cuantas de estas previsiones se han cumplido. En relación a España, tengo la impresión de que 2018 será un año anodino. Mucho ruido y barullo pero pocos cambios reales. La situación de Cataluña, el problema más grave que tiene nuestro país, evolucionará poco en lo fundamental. Las elecciones autonómicas han dejado todo como estaba y la situación procesal de los principales líderes del independentismo da al conflicto un contenido emocional que lo hace más complejo. De parte del Estado tampoco se prevén grandes cambios. En el Congreso se empezará a hablar de reformas, lo que ya es un paso, pero la maduración será lenta pues deben superarse muchas reticencias hasta alcanzar acuerdos. Además, es un año sin elecciones y no son probables adelantos electorales. En fin, año de titulares que se olvidan pronto.

Sin embargo, al dirigir el foco hacia Granada la perspectiva es diferente. 2018 se presenta lleno de oportunidades: Metro en pleno funcionamiento, Centro Lorca, acelerador de partículas, etc. Sin embargo, el cambio más trascendente puede derivar de la llegada del AVE, si finalmente se produce. Llega mal y tarde, con el bochorno de llevar más de tres años con las vías levantadas pero en estas circunstancias sólo debemos desear que llegue lo antes posible. A la par, deberemos seguir reclamando la variante de Loja y el soterramiento de la entrada en la ciudad. Lo sorprendente de este periodo de pruebas en el que estamos inmersos no es la duración sino la opacidad y la falta de transparencia. Cada semana, un representante de Adif o del Gobierno de España debería explicar la evolución de este periodo de pruebas pues toda una comunidad reclama respuestas a la pregunta simple de cuándo tendremos tren.

Acaso no se le ha dado a este asunto la importancia que merece. En definitiva, piensan muchos, no es algo que incida en la vida diaria como el metro o los autobuses. Sin embargo, en estos años sin tren estamos comprobando que su ausencia impide a Granada desarrollar sus grandes potencialidades. Resulta una obviedad recordar que una ciudad con esta riqueza patrimonial es un destino turístico inmejorable, un lugar único para hacer Congresos o para hacer negocios pero para ello debe ser accesible, debe ser fácil poder llegar; lo que no ocurre ahora. Por tanto, la llegada del AVE abre una gran oportunidad que debe aprovecharse. Aunque sea un avecillo que pasa por túneles indignos y entra en superficie con muros de hormigón sajando la ciudad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios