COMO de bien nacidos es ser agradecidos, la afición del Granada CF debería recibir con un sonoro aplauso el próximo domingo al Atlético de Madrid y, en especial a su delantero centro Radamel Falcao. Porque si podemos seguir disfrutando de la Primera División en esta ciudad es, en gran medida, gracias a la victoria lograda por el equipo colchonero la última jornada de la pasada temporada en el feudo del Villarreal .

Es necesario recordar que los chicos de Simeone no se jugaban la vida en ese encuentro, ya que necesitaban una complicada carambola para alcanzar la Champions y que el Granada estaría hoy en Segunda si el resultado de El Madrigal no hubiera sido 0-1, con el tanto de cabeza materializado por el colombiano.

Que en este fútbol tan manipulado y manipulable haya equipos y futbolistas como el Atlético de Madrid y como Falcao, que rebosan profesionalidad y esfuerzo, es digno de elogio y de palmas, más aún si esa deportividad incide directamente en tus intereses. Bienvenido Radamel, nos quitamos el sombrero. Granada nunca olvidará tu gol al Villarreal. Estamos agradecidos eternamente al Tigre.

Pinta bien el partido ante el Atlético, sobre todo si el equipo de Anquela es capaz de mantener el empuje, el fútbol, la fe, el ímpetu, el estilo, la solidaridad y la intensidad en su juego de los dos últimos encuentros. La vuelta de Dani Benítez y la transformación de Mikel Rico han incidido de forma brutal en la mejoría del Granada, que el pasado viernes en el Benito Villamarín se pareció más que en ningún otro encuentro a lo que Anquela quiere de los suyos.