UNA mujer de 42 años murió el jueves en el centro de Pinos Puente asesinada por su compañero sentimental. El hombre, veinte años mayor, la atacó con una azada y abandonó el cadáver en la calle. Luego se entregó . La mujer había presentado contra el agresor dos denuncias y sobre él pesaba una orden judicial de alejamiento. En este caso, los servicios de atención a la mujer, los jueces y las fuerzas del orden agotaron sus recursos para impedir el ataque mortal contra la mujer. ¿Se puede hacer más de lo que se hace para prevenir los crímenes machistas? Probablemente siempre se podrán ampliar los sistemas de ayuda, pero su eficacia última siempre dependerá del grado de compromiso a que se preste la víctima. La pareja de Pinos Puente, a pesar de los antecedentes violentos que pesaban sobre su historial, había decido reencontrarse. El resultado no puede ser más trágico: una mujer, madre de cuatro hijos de matrimonios anteriores, muerta y todos los intentos de mediación reducidos a papel mojado.

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