la tribuna

Alfonso Arbaiza

El autónomo, la tecnología y la crisis

ESTE país necesita del compromiso, el espíritu emprendedor y la valentía de sus autónomos para conseguir superar la crisis económica. Sea porque, dadas las dificultades por las que atraviesa el mercado laboral, no queda otra que establecerse por cuenta propia cuando no se vislumbran posibilidades de contratación, o bien porque España siempre se ha caracterizado por ser un país de emprendedores -donde, por otra parte, se valora mucho la independencia que supone ser tu propio jefe-, lo cierto es que la cifra de autónomos ha vuelto a la senda del crecimiento en los últimos meses, y hoy tenemos a 3.064.494 profesionales (466.190 en Andalucía) dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos.

Y así como la figura del autónomo es tan importante para nuestra economía, lo son las tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para el entorno empresarial, habiéndose convertido en elemento imprescindible para que un negocio sea competitivo, lo que también aplica a la buena marcha económica. Es decir, que para salir de la crisis necesitamos a profesionales emprendedores y empresas competitivas que apuesten por la innovación.

Muchas microempresas necesitan una renovación de sus procesos para adaptarlos a los nuevos tiempos, pues no hacerlo se traduce en importantes pérdidas de oportunidad y de mejora de la rentabilidad. El problema es que todavía existe un importante número de pequeños empresarios que oponen firme resistencia al cambio. Sobre todo en algunas profesiones, como carpinteros, electricistas, pintores… Algunos ya empiezan a enviar sus presupuestos por e-mail, pero son los menos los que tienen informatizada su contabilidad, por no hablar de otro tipo de aplicaciones. Por otra parte, la edad es un hándicap, y los profesionales mayores de 50 años prefieren continuar con los métodos tradicionales, por lo que no habrá una renovación definitiva de nuestro tejido empresarial hasta que tenga lugar un relevo generacional integral. Eso, o conseguimos convencerles de las ventajas de las nuevas tecnologías y estimulamos su inversión en TIC mediante ayudas o subvenciones.

No obstante, cada vez son más los que empiezan a ver clara la necesidad de incorporar las TIC a su negocio. Según el informe de Fundetec El trabajador autónomo y la Sociedad de la Información 2011, basado en más de 4.100 encuestas a autónomos de toda España, el nivel de informatización de los autónomos andaluces ha crecido un 16,4% en el último año, situándose incluso medio punto por encima de la media estatal; un 69% dispone ya de algún tipo de equipamiento (ordenador de sobremesa, portátil, teléfono inteligente o smartphone, terminal punto de venta-TPV, etcétera) para el desarrollo de su actividad profesional.

Frente a esta evolución positiva en la informatización, la disponibilidad de internet apenas ha registrado un crecimiento de un punto respecto a 2010, situándose su presencia en el 73,7% de los autónomos andaluces con equipamiento informático, de nuevo cinco puntos por encima de la media nacional.

Cabe destacar que entre quienes utilizan la red como herramienta de negocio, tres de cada cuatro lo hacen desde hace al menos tres años, por lo que se puede considerar cierta madurez en lo relativo a su uso en la región. Y resulta muy significativo entre quienes no la utilizan que, cuando se les pregunta sobre las causas, casi dos de cada tres responden que dudan de su utilidad -y lo mismo ocurre cuando se les pregunta por qué no tienen página web o por qué no practican el comercio electrónico-, lo que pone de manifiesto el desconocimiento que aún existe dentro del colectivo de autónomos andaluces en relación a las posibilidades que ofrecen las TIC.

En definitiva, el autónomo español, y el andaluz en particular, avanza de forma positiva hacia la innovación, y aunque en su mayoría se encuentran aún en un nivel inicial, poco a poco van aumentando los que se lanzan a descubrir nuevos horizontes, a comercializar sus productos y servicios a través de Internet, a comprar a proveedores vía web, a aprovechar las ventajas de las redes sociales para relacionarse con clientes reales y potenciales… A optimizar al máximo sus procesos para conseguir mejores precios, menos costes y ser cada vez más competitivos. Pero aún es necesaria una importante labor divulgativa que consiga vencer su resistencia, así como que los proveedores tecnológicos les ofrezcan soluciones verticales adaptadas a su tamaño y sus necesidades, y que las administraciones públicas les echen una mano con ayudas a la adquisición de tecnología. Pero además, es necesario que ellos mismos se convenzan de que éste es un camino sin retorno y que las nuevas tecnologías no son el futuro, sino el presente.

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