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Luis Chacón

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El bicentenario Olvidado

El Trieno Liberal fue un soplo de aire fresco en el agitado siglo XIX. Una oportunidad perdida de modernizar España

El 1º de enero de 1820, el coronel Riego, al mando del 2º Batallón de Asturias, proclamó la restauración de la Constitución de Cádiz que Fernando VII había derogado en 1814 tras su vuelta del cómodo exilio francés. Es inconcebible que el traidor a su padre y a su patria; el mismo que, servil y cobardemente, cedió la corona al invasor para que la entregara a su hermano y organizó una fastuosa fiesta y un Te Deum, para celebrar el enlace de Napoleón y María Luisa de Austria; quien no hizo nada por huir de Valencay, llegando a denunciar a los franceses a un barón irlandés enviado por los británicos para ayudarlo a fugarse, ese felón, fuera apodado el Deseado y recibido a su vuelta en loor de multitudes.

El pronunciamiento de Las Cabezas de San Juan fue un revulsivo para toda la Europa meridional. La revolución liberal se extendió a Portugal, Nápoles y el Piamonte y la Pepa inspiró otras constituciones o se aplicó tal cual en el Reino de las Dos Sicilias. La reacción absolutista del Congreso de Viena quiso ahogar las ansias de libertad en Europa y, desgraciadamente para España, el gobierno constitucional fue arrasado a sangre y fuego por la Santa Alianza y sus Cien Mil Hijos de San Luis, propiciando la Década Ominosa que culminó el reinado caprichoso y sanguinario del rey Felón. En septiembre de 1823, Riego fue apresado en Andújar. Si no lo lincharon fue gracias a la protección que le brindó una compañía de húsares francesa. Mientras observaba a la masa iracunda desde el Ayuntamiento, le dijo a su comandante: «¿Veis este pueblo tan encarnizado contra mí que sin vos me hubiera degollado? Hace un año me llevaba aquí mismo en triunfo. Aquella noche las casas se iluminaban, el pueblo bailaba bajo mi balcón y me aturdía con sus gritos». En eso no hemos cambiado mucho.

El Trienio Liberal fue otro soplo de aire fresco en nuestro agitado siglo XIX. Una oportunidad perdida de modernizar España y dejar atrás un Antiguo Régimen caduco y trasnochado. La mayoría de los intelectuales liberales hubieron de exiliarse a Londres; los que se quedaron fueron depurados o ajusticiados. Riego fue ahorcado en la plaza de la Cebada y su cuerpo desmembrado a petición del fiscal. Aún así, tras el Trienio, España no volvió a ser la misma. Lamentablemente, no vamos a celebrar el Bicentenario de un acontecimiento trascendental en nuestra historia. Olvidamos que cuanto más atrás se mira, más adelante se ve.

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