Que por bien no venga

Desde que gobierna la coalición PP-Cs en la Plaza del Carmen: el hazmerreír, cuando no el esperpento

En esta última semana han sido varías las noticias que han dejado un poso de incertidumbre y preocupación en los medios granadinos. Empecemos por las que tienen que ver con la economía: algo más del 10% de las empresas de nuestra provincia han desparecido en el mes de marzo, incapaces de continuar sin ingresos al tratarse, sobre todo, de pymes y micropymes. Sigamos con la sentencia del TSJA que anula la protección al valle del Darro como BIC, lo que, unido a la reforma legislativa en materia urbanística que tramita el actual gobierno andaluz, puede abrir la puerta a la especulación y al urbanismo descontrolado. Por último, sigamos con los datos relacionados con los contagios y brotes de coronavirus en el Área Metropolitana, lo que ha hecho saltar todas las alarmas y ha obligado al Consejero de Salud (el pasado 7 de julio) a hacer unas declaraciones descartando el confinamiento de esa zona.

Tres noticias preocupantes, publicadas en medios locales y provinciales. Pero el caso es que Granada ha sido noticia en la prensa nacional y hasta ha ocupado tiempo de prime time en cadenas televisivas estatales por otra noticia, aunque puede que noticia sea mucho decir.

El caso es que dice nuestro primer edil que "somos conscientes de que si queremos tener una inmunidad de rebaño lo más pronto posible, no hay mal que por bien no venga". Y lo ha dicho por el aumento de casos y sus características (muchos de ellos asintomáticos o sin incidencia hospitalaria). Lo ha dicho después de todo lo que ya sabemos, después de Trump, de Boris Johnson, de Bolsonaro. Lo ha dicho a pesar de Suecia y las lecciones que de ahí se han extraído.

Este está siendo nuestro papel, como ciudad, desde que gobierna la coalición PP-Cs en la plaza del Carmen: el hazmerreír, cuando no el esperpento.

Un Ayuntamiento que, a día de hoy, mantiene cerradas muchas oficinas de registro, que hace aguas en la gestión de los servicios sociales, que tiene las calles de la ciudad con basura acumulada tras recortar 2 millones en el presupuesto de limpieza, que está poniendo en marcha un plan de movilidad sin consensuar con nadie las medidas, que ha acordado una subida en el precio que las familias deben pagar por las escuelas infantiles, que ha abandonado a su suerte a comerciantes y hosteleros…

Viniendo del alcalde responsable de todo esto, esas palabras son algo más que una broma de mal gusto: son una verdadera irresponsabilidad. Esta ciudad no se lo merece.

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