Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

Si es por nuestro bien

Presume el presidente del Gobierno de ser un hombre previsible. Y lo es. En la primera reunión de su primer gobierno nos subió los impuestos; en la segunda reunión de su segundo gobierno, lo ha vuelto a hacer. Así que de haber un tercero, tendríamos claro en qué momento concreto volverían a asaltarnos los bolsillos. Siempre es agradable disfrutar de cierta falta de emoción si aspiramos a gozar de una vida equilibrada y plácida. Y tampoco debería sorprendernos la decisión, aún siendo tan poco querida como inevitable y esperada, pues ya insistía Benjamin Franklin en que sólo hay dos cosas ciertas en la vida, la muerte y los impuestos. Y a este gobierno, como a todos los gobiernos que en el mundo han sido, le resulta más sencillo incrementar la carga fiscal de empresas y familias que racionalizar y controlar el gasto público. A diferencia de los ciudadanos para quienes mejorar sus ingresos puede ser una quimera, el Consejo de Ministros dispone de la varita mágica del BOE que con sólo una firma pone en marcha, de modo inmediato, el mecanismo de recaudación.

Esta subida de impuestos, al igual que la que inauguró el anterior gobierno, contradice lo prometido en campaña. Por mucho que se quieran retorcer los argumentos, reinterpretar las intervenciones públicas o glosar los textos, lo cierto es que los programas electorales del PP de diciembre y junio recogían, remarcada en negrita, la siguiente frase: rebajaremos la carga fiscal de los ciudadanos. Pero tampoco nos vamos a sorprender ahora porque un gobierno no cumpla sus promesas fiscales. Tampoco lo habrían hecho los demás de haber ganado. Ya sabemos que un programa es una carta a los Reyes Magos y luego ya se sabe; que si al paje se le olvidó esto, que si el camello se comió aquello, que si el camino era muy largo y se ve que alguna caja se cayó… En fin, la vida es acumular desilusiones. Y una más no importa.

La inventiva política a la hora de justificar impuestos es legendaria pero esta vez el ministro Montoro se ha sublimado al afirmar que si se va a implementar uno específico a las bebidas azucaradas es por nuestro bien. Que se hará por motivos de salud y para combatir la obesidad. Y pienso que ya que también suben Sociedades, Alcohol y Tabaco querrá evitar que los empresarios ahoguen sus penas tomándose un cigarrito y un gin tonic. Deduzco que para seguir recaudando a gusto nos necesitan empobrecidos pero sanos.

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