La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

¡Se busca concejal tránsfuga para Granada!

Y ahora qué? Como en lo 'buenos' tiempos de Kiki, la actualidad política de Granada ha saltado a las páginas de nacional de los diarios de Madrid. Es el síntoma más visible de la enfermedad: la debilidad con que los partidos han quedado a nivel local tras la convulsa jornada electoral del 26 de mayo. Y es que con unos malos resultados no se puede negociar. Ni con los propios 'jefes' de Madrid -¿de verdad descubrimos ahora que somos franquicias de los partidos nacionales con una jerarquía de decisión y mando bien definida?- ni con el resto de partidos que, según conviene, unos días se presentan como leales 'socios de gobierno' y otros como implacables 'enterradores'.

Pero seamos autocríticos: la situación de crisis e incertidumbre que se vive estos días en el Ayuntamiento de la capital, el escenario inédito de desgobierno, no tiene un único culpable. Es un cóctel explosivo al que han contribuido todas las formaciones políticas. Las viejas y las nuevas; las genuinas y las escindidas. Pensándolo bien, todos nosotros, los que fuimos a votar y los que se quedaron en sus casas, también deberíamos incluirnos en la lista negra de los culpables. Porque entre todos hemos dibujado esta fotografía de gobierno absolutamente ingobernable.

No es ninguna paradoja. Es la realidad. De momento, tenemos un equipo de gobierno con 4 concejales, incluido el alcalde, para gestionar una complejísima capital de provincia con problemas de infraestructuras y movilidad enquistados -¡menos mal que después de 35 años de pesadilla por fin llega el AVE!-, con una situación económica municipal de quiebra técnica y con un escenario de desarrollo prácticamente limitado a la burbuja del turismo.

No hay corrillo estos días que no esté fagocitado por la crisis de la Alcaldía de la capital. Incluido el ambiente festivo del Corpus y el espacio supuestamente alternativo del Festival. ¡Les hago un resumen!

Vuelta a las urnas

La solución más radical sería que volviéramos a votar: repetición de elecciones -como nos ocurrió a nivel nacional en 2015 y 2016- o segunda vuelta -Paco Cuenca y Sebastián Pérez se disputarían el bastón de mando como candidatos más votados-. Nada de esto es posible en el terreno local. Los ayuntamientos se constituyen para 4 años y el 'duelo a dos' sigue siendo uno de las asignaturas pendientes en la siempre temida y postergada reforma de la ley electoral.

Luis dimite

Sería un sucedáneo de la opción anterior: no volvemos a votar los ciudadanos, pero sí nuestros representantes. Luis Salvador ve que cuatro personas no pueden gobernar una ciudad, se ve abocado a dimitir y se vuelve a constituir el Ayuntamiento en una especie de rectificación de la rocambolesca jornada del 15 de junio. ¿Alguien ve a Luis Salvador dimitiendo?

Sebastián da un paso al lado

El malestar y la preocupación interna dentro del PP es tal que en estos momentos no podría descartarse ningún escenario para Sebastián Pérez. El más optimista es que consiga hacer valer su "pacto de caballeros" en el Meliá y convencer a Cs del 2+2 (dos años de gobierno para Cs con Luis Salvador y los dos finales más lucidos y en clave electoral para el PP) y ejerza de vicealcalde con todo su equipo asumiendo responsabilidades de gestión de primer nivel. El más radical (pero negociado con su partido) sería que dejara su acta de concejal y abandonara el Ayuntamiento ('colocado' en un buen puesto como compensación al sacrificio realizado ante el veto de Vox) y el más controvertido sería que acabara convirtiéndose en concejal no adscrito (si las discrepancias con el partido a nivel regional y nacional finalmente fueran irreconducibles).

Gobierna Cuenca

En esta campaña está volcado Paco Puentedura. Buena parte de la noche inaugural del Festival de Música y Danza la pasó buscando un concejal (entre "responsable", "no adscrito" y "tránsfuga" y "¡hasta Sebastián serviría!") que firmara con PSOE y Podemos-IU una moción de censura. No hablamos del órdago de Vox de estos días, se trataría de conseguir el concejal número 14 que hubiera podido dar el gobierno a Paco Cuenca en coalición con la izquierda el día de constitución de los ayuntamientos. Su propuesta no es tan descabellada como pudiera parecer… Cuenca da un ultimátum al 'tripartito' para que conforme el gobierno de Granada y, si no son capaces, todo su grupo firma una moción de censura y emplaza al resto de grupos a sumarse…

Aclaraciones necesarias para este escenario. No es cierto que no pueda promoverse una moción de censura en el primer año de mandato: lo que está estipulado es que no puede presentarse una cuestión de confianza (ni en el primer año ni en los seis meses finales), justo el instrumento que regidores como Ada Colau ha utilizado casi por sistema en los últimos cuatro años para sacar adelante los presupuestos (algo que podría haber hecho Cuenca pero asumiendo el riesgo de que PP y Cs se aliaran para arrebatarle la Alcaldía…). Tampoco es cierto que Cs no puedan conformar una junta de gobierno: lo que dice la Ley de Grandes Ciudades (Granada está incluida como capital de provincia) es que puede tener hasta 9 integrantes, como máximo no se fija un mínimo…

En todo caso, llegados a este punto, volvemos al punto de partida de todos los corrillos: no hay solución fácil y no la hay sin efectos colaterales. De momento, lo que tenemos en el horizonte es un plazo de un mes. Es el tiempo que tiene Luis Salvador para reconducir la situación con sus socios. En 30 días debe convocarse el pleno de organización de la ciudad y ahí ya no valen las palabras sino los hechos; el resultado de las negociaciones con independencia de la transparencia u opacidad con que se lleven a cabo.

Mientras tanto, ¡se busca concejal tránsfuga para la Alcaldía de Granada!

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