Lo de la publicidad de las cerrajerías es un clásico en cualquier lugar en los que haya una comunidad de vecinos. Y como queda claro en la imagen, haberlos haylos y a mansalva. Lo que deberían de hacerse mirar es cómo y dónde depositan sus pegatinas, ya que más que nada lo que hacen es maltratar muchos de los espacios no destinados a eso que hace muchos años se rotulaba con "prohibido fijar carteles". No hay nada más que darse una vuelta por el centro de la ciudad. Claro, que más que un cerrajero haría falta un lavado de cara a la fachada y un buzón (con cerradura).
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