La cabra del árabe y el perro del mendigo

Hay un vivero de infantes que temen más al mal que le pueda ocurrir al perro que lo que le pueda ocurrir al mendigo

Que me aspen si me acuerdo del nombre del protagonista de una anécdota que en una entrevista contaba que entró a un cine y a su lado había un niño que había ido con su padre a ver una película. En una escena un francotirador apunta a un árabe que tiene una cabra al lado. El niño, un poco inquieto por lo que está viendo, le dice al padre: "Papá, ese hombre no le dará a la cabra ¿no?".

Hace solo una semana, al lado del Covirán que hay en el paseo marítimo de La Herradura, se había puesto un mendigo que tenía a su lado tumbado un perro de aspecto lastimoso. Por allí pasó una mujer con su hija de unos doce años. La niña le preguntó a su madre si podía entrar en el supermercado a comprar comida para dársela al mendigo. La madre debió sentirse orgullosa por los sentimientos tan nobles de su hija, que abrió el monedero y le dio cinco euros. Al cabo de dos minutos salió la niña y lo que le dio al mendigo fue una lata de comida para perros. "Tome, dele usted esto al perro cuando se despierte", dijo la niña.

Estamos ante una generación nueva que ama a los animales y que no quiere verlos sufrir, de ahí que actividades como las corridas de toros y la misma caza estén en plena decadencia. Cada día hay menos jóvenes dispuestos a ver a un toro morir o a empuñar un arma para apuntar a un animal. Lo mismo que avanza indefiniblemente el veganismo, ese estilo de vida que además es una forma de alimentarse. Los veganos consideran que el ser humano no está por encima de la especie animal, por eso no comen ningún tipo de alimento para el que se haya matado a un ser vivo.

Yo, como tolerante que soy, sería capaz de comprender esta manera de vivir siempre y cuando vea que la juventud que viene no considere que por encima de la especie humana está la especie animal. Aquella frase de no se sabe quién que decía que mientras más conozco a las personas, más quiero a mi perro, ha calado mucho en esta sociedad deshumanizada en donde ya hay un vivero de infantes que temen más al mal que les puede ocurrir a la cabra y al perro que lo que les pueda ocurrir al árabe y al mendigo. Y hacia eso vamos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios