La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

La cacería

En vez de asumir errores y dimitir, las izquierdas plantean tijeretear la libertad de expresión. Van "madurando". De Maduro

Ala política española le están poniendo una cara de hipócrita que no da gloria verla. Nuestros gobernantes son rehenes de su palabra, la cual despojan cada vez más de valor alguno. Enfatizaron el error ajeno estando en la oposición. Hoy lo limitan como un "interesado ruido" político, porque les toca explicar el yerro propio, desde el Gobierno.

Cuando un ministro del PSOE habla de garantizar la seguridad del AVE a Granada para evitar comprometer fechas, es responsable y sincero. Cuando lo hizo el del PP, faltó al respeto a los granadinos. Estilo socialí.

Usaron la hipérbole entonces, reconstruida de exigente pulcritud contra el poder. Ahora que se les descubren tretas, trucos, trampas y mentiras siendo Gobierno, hablan de persecución en su contra. De presión brutal. En el manual de estilo de las izquierdas, el acoso a Cifuentes fue jarabe democrático; denunciar con pruebas a un presidente plagiario de tesis, una ministra homófoba y un evasor fiscal astral es una "cacería". Tan rodeados se sienten que en vez de asumir errores y dimitir como exigían ellos hace unos meses, plantean tijeretear la libertad de expresión. Que la información deje de ser libre. Van "madurando". De Maduro.

A las izquierdas de España les interesa elevar la exigencia sólo cuando el inculpado es de derechas. Incluso hacen juicios sumarísimos televisados en cadenas amigas, con la enorme prueba de cargo que tiene para ellos no ser de izquierdas. A Rita Barberá la acusaron de regalar naranjas, como si en Valencia eso fuera raro. Sin embargo hablan de inaceptable invasión del derecho a la presunción de inocencia cuando el candidato al banquillo es compañero de escaño, escrache o manifa del área progre.

Para Pedro Sánchez un político de su equipo que constituyese una sociedad patrimonial como instrumento para pagar menos impuestos hallaría inmediato motivo de expulsión. Lo prometió cuando aspiraba a la Moncloa. Hoy que es inquilino monclovita, eso es lo que ha hecho su ministro astronauta, pero ya no le merece tamaño reproche. Para el Presidente plagiar una tesis era buen motivo para dimitir en Alemania, pero una exageración pedirlo para él tras su plagio en España. Un ataque a su personaje como hidalgo caballero de hipócrita figura y rocín Falcon. El victimismo populista, ese arma hipócrita de cacería electorera.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios