¿Y mi calle 'pa' cuándo?

El vídeo de las mujeres de Algodonales es un ejemplo de arte, talento, simpatía, elegancia y contundencia

Cuenta la vida que un pequeño municipio de Cádiz, conocido como Algodonales, reposa todo su cuerpo blanco en el Parque Natural Sierra de Grazalema, en la falda de la Sierra de Líjar, entre los ríos Guadalete y Guadalporcún. Sus casi seis mil habitantes viven principalmente de la agricultura, el turismo, la guitarra, el aceite de oliva y la aventura. Esta semana su talento ha inundado con su arte a toda España. La idea es de la concejala de Igualdad, Almudena García, quien se sentó con Juana Nadales para revindicar que en sus 127 calles hubiera el mismo número de hombres que de mujeres. Es un paso más hacia la paridad que, por lo visto, a muchos hombres les molesta. Como es el caso del empresario murciano que quiere establecer el Día del Macho Ibérico. A este señor se le ha calentado la cabeza sin que las mujeres sean, aún, tratadas en igualdad mientras llevamos, no días, siglos de machismo. Almudena y Juana siguen ordenando el desajuste sentadas en una mesa mientras suena la canción de Jennifer López, ¿Y mi anillo pa'cuándo? Les brotó el ingenio con la aparente facilidad de un chirigotero que hace las críticas más duras con un gran sentido del arte y del humor. Kiko López escribió la letra de inmediato y la voz la puso otra artista de Algodonales: Sonia Luna. Entre las bellas calles de la localidad corrió la voz que invitaba a todas las mujeres, veterinarias, peluqueras, amas de casa… para que participasen en el vídeo que luego se viralizó. Qué ejemplo de arte, de talento, de simpatía, elegancia y contundencia. Se celebró el Pleno, posteriormente, donde quedó aprobada la designación de nuevas calles que llevarán el nombre de mujeres. De las 127, 18 llevan el nombre de hombre y sólo cuatro de mujer. Plaza Rosa Chacel y calles de Santa Ana, Concepción y Beatriz de Miranda. Pronto, puede que Pepa Siles sea quien tenga su nombre en una pared que glorifique, que sirva como recuerdo de su conocida humildad. Del amor que entregó a sus vecinos y que al pasar por su calle todos sepamos que por su generosidad tenemos el Colegio San José. No será problemático nombrar ni renombrar, puesto que las nuevas calles no provocarán daños colaterales. Cambiarán calles con nombres de lugares, animales o cosas por el de mujeres ilustres. Para que se conozca su obra para siempre. Brillante la idea que aplaudo y que sirva de contagio para que escribamos un callejero andaluz, cual libro histórico que haga merecer el valor femenino en la construcción de nuestra valiosa comunidad.

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