Crónicas Levantiscas

Juan Manuel Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

El cambio llegó

El PSOE-A ha agotado su misión histórica, el cambio ha comenzado, con independencia de si hay alternancia

Hace ahora 36 años justos que Felipe González ganó sus primeras elecciones generales. Meses antes, en mayo de 1982, quien después fuese presidente y Rafael Escuredo comparecían ante los medios para anunciar la victoria socialista en las primeras elecciones autonómicas celebradas en Andalucía. Más que alegría, aquellos dos rostros revelaban una acojonada responsabilidad. Sin exagerar, pero lo que al PSOE de Andalucía le atenazaba en aquellos días era una responsabilidad histórica.

Cualquier dato que se escoja de aquel mayo de 1982 no sólo demuestra la mejoría, sino la consecución de este salto histórico. Exitoso.

Fijémonos en la educación, piedra angular de todo desarrollo social, tal como no se cansó de subrayar el socialista rondeño Fernando de los Ríos.

En 1982, uno de cada seis andaluces no sabía ni leer ni escribir; la escolarización de los niños sólo llegaba al 68,5% y en el BUP era del 33%. En Andalucía había 55.000 profesores, cuando ahora hay 100.000, y el 90% de la inversión de los primeros años de la Junta se destinaba a la construcción de colegios. Cualquier dato de cualquier otro sector revela el mismo cambio. Muchas nuevas barriadas estaban sin asfaltar y la mayor parte de los pueblos carecía de una mínima asistencia médica, la vida dependía en muchas ocasiones de la pericia del conductor de la ambulancia y del estado (lamentable) de la carretera.

Andalucía seguirá siendo mayoritariamente de izquierdas durante mucho tiempo. Por varias razones. Porque lo es sociológicamente y porque la derecha tradicional andaluza, ni la política ni la económica, no cumplió con la otra misión histórica que podía haber asumido. La oligárquica explotó Andalucía cuanto pudo y, al llegar la hora, vendió las joyas de la abuela. Por eso Juanma Moreno, el candidato del PP, reivindica la foto de la tortilla, que es un icono socialista: la derecha está ayuna de referentes.

Esa misión histórica del PSOE de Andalucía se ha agotado, no hay más combustible en el histórico atraso económico de la comunidad. Eso no significa que no podrá gobernar, sino que los esquemas de la mayor parte de la población son otros. Es una consecuencia natural. Estas de 2018 son las primeras elecciones en las que se ha roto la dialéctica histórica; son cuatro partidos vigorosos en sus territorios, de los cuales el PSOE es el principal, pero no hegemónico. El cambio ha comenzado, con independencia de que haya o no haya alternancia.

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