Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

La campaña del primperan

Si son inadmisibles los insultos, más grave es intentar resucitar las dos Españas de tan dramático recuerdo

Un notable socialista, Josep Borrell, dijo que la política del ibuprofeno -la sumisa practicada con el racista Torra y su jefe Puigdemont- había fracasado en Cataluña, lo que le valió hasta el escupitajo de un parlamentario de ERC. Era un estorbo para el 'diálogo' de Sánchez con la extrema derecha catalanista que lo apoyó en la moción de censura y podría sumar tras las próximas elecciones -como necesitará votos de sus extremos la derecha- y acabaría enviándolo a Estrasburgo, con gusto secesionista.

Recuerdo a Borrell porque la campaña electoral va a necesitar medicamentos para soportarla, entre ellos el primperan, al mostrar ya nauseabundas líneas de actuación de todos los contendientes, incluso en el Parlamento en el que escuchamos, con vergüenza, insultos, descalificaciones personales que además de mostrar la mala educación de los representantes del pueblo, revelan sus raquíticas ideas y su incultura, de la que, por cierto, ha hecho gala el señor Sánchez en su libro de 'memorias', donde confunde la universal cita de Fray Luis de León, 'Decíamos ayer', atribuyéndosela a San Juan de la Cruz. No sé si Luis García Montero que le ha acompañado a Collouire, donde reposan los restos de Antonio Machado, para pedirle justo perdón a él y a todos los exiliados españoles -Azaña, entre ellos, que también escribió unas memorias, más modestas desde luego que las de don Pedro-, le habrá advertido que el poeta que afirmó que una de las dos Españas iba a helarnos el corazón -por cierto en el libro Proverbios y cantares (Campos de Castilla), publicado en 1912, mucho antes de la guerra civil-, no era soriano, como alguna vez ha dicho, sino sevillano de nacimiento, formado en Madrid, en la Institución Libre de Enseñanza, con estancia profesional en Soria o Baeza.

Y ya que hablamos de Machado recordaremos esa advertencia sobre las dos Españas, presentes a lo largo de nuestra historia. Porque si en una campaña electoral son inadmisibles los insultos, más grave es intentar resucitar las dos España de tan dramático recuerdo, como se está haciendo actualmente para sacar rédito de un pasado cainita que creo nadie esté dispuesto a repetir. Es absolutamente irresponsable colocar, hoy, a un lado a una 'derecha de tres caras' -la izquierda dixit- en contra de un nuevo 'frente popular', según la derecha, formado por las izquierdas. Solo los ignorantes pueden establecer paralelismos entre las derechas e izquierdas de ayer, dispuestas al enfrentamiento que terminó en una cruenta guerra civil, con los diversos matices existentes en la derecha e izquierda actuales. No arrojemos leña para resucitar un pasado y dividir a los españoles en dos bandos irreconciliables, sin más matizaciones ni sensibilidades. Nauseabundo.

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