Es muy positivo que una compañía importante haya decidido emprender el ambicioso proyecto de remozar Kinépolis con la idea de Granaita, un enorme parque comercial con una moderna imagen que pretende revitalizar este entorno de la zona Norte metropolitana. Es de justicia que el progreso no sólo tienda hacia el sur de la capital y el Cinturón, y que exista un mayor equilibrio territorial con la oferta más repartida. Aunque la otra cara de la moneda son las tiendas de pequeños empresarios que en estos tiempos difíciles para el comercio luchan con los gigantes de los centros comerciales. Casi siempre se habla de los establecimientos del centro, pero qué pasa con los negocios de los barrios, aquellos que han intentado dar vida a esos lugares de la ciudad que no tienen las oportunidades del casco histórico. No es sólo un problema económico sino también de responsabilidad ética del consumidor quien, evidentemente, no puede dejar de deslumbrarse y divertirse en los inmensos centros comerciales granadinos, pero que de vez en cuando debería mirar también lo que tiene a un paso de su casa.

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