Puede que fuera inevitable. Y salvo el incidente de última hora, la protesta de los agricultores tuviera su razón de ser y en el fondo los granadinos tenemos algo de que hablar, que tampoco está mal. Pero lo de las instituciones echándose las culpas, la tuyo por lo mío y la casa sin barrer sobra. Básicamente, porque las cartas están marcadas y porque no está de más hablar de factores externos y analizar la situación de un modo más claro. Todo lo contrario a la política.

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