A un paso de Granada, al pie de Sierra Elvira, se encuentra una antigua cementera abandonada que pide a gritos un buen proyecto que la devuelva a una nueva vida al servicio de la comunidad.

Es de esos lugares que, cuando llega alguien de fuera al que aún no se le haya contaminado la mirada del desencanto y el hastío que contamina esta tierra, te dice con entusiasmo las grandes posibilidades que aquel lugar tiene para, por ejemplo, un gran proyecto cultural donde ubicar salas de concierto o talleres o las mil y una ideas creativas que bullen en la mente de muchos.

Parece que así lo han percibido personalidades de la cultura con un pie aquí y otro fuera, tipo Amparanoia o los de Lagartija Nick. Son estos artistas, los que entran y salen con fluidez de nuestro ecosistema mental, los que más claro ven las 'posibilidades' de lo de aquí pero, inevitablemente también, perciben al poco de lanzar la idea el lodazal en que se enfanga todo al poco de arrancar. Las cosas mueren por estos pagos cuando aún son brotes verdes, de ahí este páramo cultural en el que nada crece porque se mata a poco que rompa a existir.

La cementera, haciendo memoria, está en proyecto desde que en Atarfe se lanzaron a montar esa gran apuesta cultural que luego sólo quedó en un ampuloso coliseo o plaza de toros cubierta. Los trapicheos con los vertidos de alpechín y las urbanizaciones fantasma con presuntos sobres para presuntos constructores que, presuntamente, se forraron dieron al traste con aquella megalomanía, dejando aquel territorio en lo que es hoy: un puñado de olivares y antiguas construcciones industriales decimonónicas que duermen a la espera del derribo más que seguro.

La ciudad sepultada de Sierra Elvira, allí donde los granadinos se marcharon en tiempos de los árabes ante la ausencia de peligro de conquistas de los cristianos, sigue oculta por esos territorios que esperan esa gran idea, ese proyecto, ese impulso que ponga en el mapa de la gran ciudad que ya es Granada una nueva dotación cultural que alivie la excesiva densidad de oferta en el centro. Saldrá adelante la cementera si, pero como todo por aquí, solo Dios sabe cuándo. Paciencia y dar la vara, que no nos queda otra, que es la forma de empujar las cosas por aquí.