La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Del chavismo al sanchismo

Nuestro único interés, los andaluces. A la vista está lo falaz del aserto

Siempre me llamó la atención el estilo del socialismo del sur que se ofendía ufano con los agravios del Estado a Andalucía cuando gobernaba el PP, y cómo los justificaba, disimulaba, escondía o los defendía hasta hacerlos suyos, si el gobernante monclovita era del PSOE. La deuda histórica es un ejemplo maniqueo de aquel estilo "Guadiana"; el argumento estrella de ataque o defensa, dependiendo de quién gobernara en Moncloa.

Era un socialismo chavista más partidista que patriota. Al fin y a la postre quien garantizaba el puestecico del que levantaba la mano era el partido y no la patria como concepto común e indivisible. Los agravios de Madrid a Sevilla siempre tenían un "¡nos tendrán enfrente!" si el gobernante era del PP; o fiel comprensión y amparo progresista si eran del PSOE, aunque el atraco fuera igual de acaudalado.

Aquel efecto político, un defecto de nuestra política, acuñó el genérico concepto denominado "confrontación", que desarrollara el gran gurú del chavismo: Gaspar Zarrías. Y electoralmente resultó rentable a Manolo, el del autobombo.

Aquella escuela frentista da hoy un paso más desde la oposición, con este particular seguidismo pedrosanchista con el que nos está deleitando Susana Díaz, desde una bancada socialista tan confundida como aviesa. Ella fue la que acusó: "el problema eres tú, Pedro". Hoy ha mutado a forofa máxima: "Me equivoqué yo, acertó Pedro". Susana es ya una ultrasur del pedrosanchismo, por si acaso peligrara su trono, amenazado como está por el vengador resiliente.

En el Parlamento regional se pedía el jueves a los representantes del pueblo andaluz, su apoyo para exigir a Sánchez lo mismo que le demandan socialistas como Lambán, Vara, Page o Puig: que nos paguen lo que nos corresponde.

Incomprensiblemente, el PSOE de Susana Díaz votó en contra de que 560 millones de euros pudieran volver a dónde salieron en 2017 vía IVA, y que la Chiqui Montero no nos quiere retornar. Sanchistas antes que socialistas, aunque ello case mal con su propagandista eslogan: nuestro único interés, los andaluces. A la vista está lo falaz del aserto.

Torra no ha tenido problemas para recibir mucho más cuantiosa promesa de boca de Sánchez: 4.000 millones te traigo, Quim, para que no decaiga tu TV3, ni tus embajadas traidoras. Y aquí en el sur, el socialismo representado en su Parlamento ejerciendo de colaborador sanchista más que de andaluz y progresista. Para vergüenza de sus votantes. Y de sus no votantes también.

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