El científico y los futbolistas

Una de las cuestiones más debatidas por los sociólogos es saber qué hemos aprendido de la pandemia

Permítanme una anécdota personal para ilustrar el mensaje que quiero transmitir. En aquel avión que tenía que aterrizar en Granada venía la selección española de fútbol a jugar un partido en el recién inaugurado Estadio de los Cármenes, que el pasado día 16 cumplió 25 años de su inauguración. En aquel avión también venía a un congreso médico Manuel Patarroyo, un científico colombiano que había logrado sintetizar la vacuna contra la malaria. Su descubrimiento había permitido salvar cientos de miles de vidas, sobre todo en África, continente donde más se da esta enfermedad. Yo había quedado con él en el mismo aeropuerto para entrevistarlo, después sería imposible porque tenía el tiempo de estancia en Granada muy limitado. Así que allí estaba yo, esperando a que aterrizara el avión en el que venía el científico. También había una gran cantidad de hinchas futboleros que esperaban la aparición de sus ídolos. Cuando eso sucedió, se montó una gran algarabía. Los hinchas agitaban las banderas y coreaban gritos de ¡España, España! A la salida, los jugadores de fútbol fueron rodeados por la muchedumbre, que no paraba de dar gritos de júbilo. Cuando vi al profesor Patarroyo y me presenté ante él, lo primero que hizo fue preguntarme por las causas del alboroto. Le expliqué que los gritos procedían de los aficionados de fútbol. "¡Ah! Por un momento creí que toda esta gente me estaba esperando a mí", dijo con evidente tono sarcástico. Luego dio una carcajada.

Una de las cuestiones más debatidas por sociólogos y expertos en la conducta humana es saber qué es lo que hemos aprendido con esta pandemia y cuál será nuestro comportamiento a partir de ahora. Yo no lo sé, pero mi pregunta previa es... ¿Quién se merecía los aplausos en el aeropuerto de Granada, aquellos futbolistas cuyo único mérito consistía en ser buenos dándole patadas a un balón, o el hombre cuyo descubrimiento había salvado miles de vidas humanas? Tengo amigos optimistas que dicen que a partir de ahora se tendrá más en cuenta a la ciencia y a los científicos, que habrá menos recortes en la sanidad pública, que se invertirá en sistemas de información sanitarias eficaces y que habrá inyecciones de dinero para la investigación porque nos hemos dado cuenta de lo importante que es a la hora de luchar contras futuras epidemias. Hay quien piensa, como digo, que todo esto cambiará después de la experiencia por la que estamos pasando. Pero yo creo que no.

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