La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

La confrontación

De los presupuestos que "castigan a Andalucía", hemos pasado al vale, me conformo por imperativo de partido

Es desternillante ver hoy a Susana Díaz tragarse aquellas palabras contra los presupuestos de Rajoy. Tras ser masticadas y engullidas con desacostumbrada fruición por su señoría, oír sus alabanzas sobre la bonanza de unas cuentas del Estado que Andalucía ahora apoya, no tiene precio, ya con Pedro Sánchez en la Moncloa.

Susana Díaz es avezada discípula de la escuela de confrontación de Chaves y Zarrías. Es aventajada alumna de esa "cátedra" política que nos muestra una exhibición de maldades continuas por culpa del PP cuando gobierna; y, a la vez, una exuberante hipérbole socialí de generosas aportaciones al progreso, primera y segunda Modernización mediante.

Sin el oráculo progresí, qué sería de nosotros. Tanto nos quisieron que hoy tienen a Chaves, Griñán, Zarrías y su corte sentados en el banquillo de los juzgados de Sevilla. Por el pueblo, pero sin el pueblo.

La confrontación con el Gobierno del PP era su arma para sumar fidelidades inquebrantables aun a costa del interés general. Confrontar era su técnica de despiste para amagar defectos propios y elevar a intolerable desprecio a los andaluces cualquier reforma o proyecto del Gobierno del PP de Mariano, otrora de Aznar. Su confrontación busca señalar la relación de amor/odio entre votar al PSOE o no hacerlo. Ahora que la Moncloa se deshabita de Rajoy, dejan a su campaña sin el malo al que endosar sus propios defectos. ¿Qué va a ser ahora de Susana sin el PP en la Moncloa?

Decía antier la presidenta que los presupuestos eran un "maltrato" del PP a Andalucía. Hoy, ratificados éstos por PSOE y PNV, se ve que ya no. De los presupuestos que "castigan a Andalucía y lastran las posibilidades de desarrollo económico y de creación de empleo y riqueza en esta tierra", hemos pasado al bueno, vale, me conformo por imperativo de partido. La moción de Sánchez les ha chafado el invento. Con lo bien que vivían contra Rajoy.

Usan el poder que le dan los andaluces para hacer de la confrontación inútil e insulsa un estilo de partido. Vean si no esa novedosa ola de adhesión indefectible al gobierno, ahora amigo, aunque con los mismos presupuestos que no hace tanto "condenaban" -decían- a esta tierra.

Deja claro pues doña Susana cómo el régimen andaluz es un inmenso aparato de supervivencia política. A costa de nuestros bolsillos, claro.

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