la chauna

José Torrente / Www.lachaunadecullar. Blogspot.com

El contexto

CUANDO un entrenador tiene que justificar una decisión difícil o inexplicable en su equipo, se amarra al manido argumento de que nadie tira piedras contra su propio tejado. Y eso, además de tópico, es convincente.

Ahora que el contexto social y económico obliga a echar la vista a la plaza del pueblo, allá donde la gente se reúne a protestar por su situación, pareciera del género cercano a la idiocia que un presidente tomara decisiones perjudiciales para sí mismo y para la organización que preside sin razones responsables que lo amparen, aunque parezcan ilógicas.

No es así en los casos de los autodenominados comunistas José Luis Centella o Willy Meyer, quienes sí que han obrado a favor de la obra familiar, colocando a un hermano y a una hija, respectivamente, en la estructura burocrática de la Junta. Quizá por eso no iban con el camarada Gordillo de ronda por los cortijos con piscina, los Mercadona con carrito o los Zara de nuestras humildes vestimentas. Su horario laboral se lo impedía.

Cómo encontraría Rajoy el arcón de las reservas del Tesoro nacional para que se haya visto obligado a tomar decisiones tan impopulares y contrarias a su propio programa electoral. Qué nivel de endeudamiento hay que salvar de forma inmediata para que el presidente del Gobierno ponga enfrente, incluso de sus propios votantes, a todos los cargos públicos y militantes del PP.

Sólo en la responsabilidad del buen gobernante es oportuno encontrar respuestas a la reclamación popular. La "táctica avestruz" se fue de la Moncloa con uno de León. Esconder la cabeza debajo del ala de la demagogia y el populismo tiene un recorrido cercano, pero muy caro, a poco que se de la vuelta a la esquina del desgobierno que lo impulse. Y ahí les dejó José Luis el moribundo cadáver de un país asfixiado financieramente, antes de irse a buscar casa de veraneo en Lanzarote, junto a Sonsoles. ¿Tendrán que hacer algo antes de que esto se hunda del todo?

Así como la Junta de Andalucía, donde la izquierda se ha sucedido a sí misma, y que tienen en paro al 33% de la población activa; deudas a proveedores que impiden a estos seguir suministrando el progreso que ellos venden; recortes a funcionarios que les hacen perder poder adquisitivo; Griñán despidiendo Alpes en tropel y haciendo recortes en educación, salud y en materia social, a hurtadillas y con métodos sectarios.

Visto lo cual, y sin ánimo de frivolizar con el cabreo general por las medidas tan antipáticas de los gobiernos central y autonómico, nos queda el consuelo de esperar que el tiempo ayude al buen fin general de España y Andalucía, trayendo resultados positivos como consecuencia de lo gobernado, pero no sólo para los familiares de algunos comunistas (aprovechando que ahora pisan moqueta), sino para el conjunto de los españoles. En este difícil contexto, no es bueno perder la esperanza. ¡Ánimo!

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