Cámara subjetiva

Dos cosas

Nuestra Comunidad no debe estar por debajo de ninguna otra en el mapa del Estado Español

Ayer fue el Día de Andalucía y alrededor de esta conmemoración me han ocurrido dos cosas que tienen que ver con ella y que me han hecho reflexionar sobre la importancia de buscar y defender una identidad, una cultura, pero también la necesidad de sentirse ciudadano del mundo, de odiar las fronteras, el racismo, el egoísmo…

Decía que me han ocurrido dos cosas. Dos cosas buenas, dos reconocimientos que agradezco profundamente. Primera: el 23 de febrero recibí con orgullo el Premio García Caparrós, que conmemora uno de los hechos que más simbólicamente representa la lucha de Andalucía por su autonomía. Todos recordamos aquel terrible suceso, la muerte del joven militante de Comisiones Obreras, Manuel José García Caparrós, que fue asesinado el 4 de diciembre de 1977 en una manifestación que reclamaba la Autonomía andaluza. Fue abatido por el disparo de un policía de paisano al querer colocar una bandera andaluza en el balcón de la diputación de Málaga, en un momento en el que se estaba definiendo la reorganización de la convivencia y las relaciones entre los diferentes pueblos que constituyen nuestro país.

El segundo gran acontecimiento que me ha ocurrido en estos días ha sido recibir, con el mismo orgullo, el 24 de febrero, de manos de la Delegada del Gobierno andaluz en Granada, una distinción singular: precisamente esa 'Bandera de Andalucía' que Caparrós defendía.

No estoy a favor de nacionalismos excluyentes, sino de un internacionalismo que nos una en la lucha contra el verdadero enemigo, hoy en día tan claramente definido como el neoliberalismo capitalista, que sí sabe unirse, permitiendo que no existan fronteras para la libre circulación de capitales y la explotación, pero sí para las personas, atomizando a los trabajadores e impidiéndoles la misma libre circulación, la unión y la lucha común contra el poder dominante. Soy internacionalista, eso es evidente, pero también lo es que nuestra Comunidad no debe estar por debajo de ninguna otra en el mapa del Estado Español. Eso sí, huyendo de una visión tópica, frívola, degradada y folclorizada de nuestra cultura.

Porque la verdadera aportación de los escritores, artistas y científicos andaluces al resto de España y del mundo reside en su calidad, su seriedad: porque han hecho de su trabajo una manera de analizar, construir y vivir nuestra realidad y por supuesto de interpretarla y transformarla para ser singulares, pero también universales.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios