El grupo del PP había condicionado el ahora innecesario apoyo a un alcalde del PSOE siempre y cuando no fuera Paco Cuenca. Sea idónea o no la exigencia en este caso, sí pone sobre el tapete lo que le cuesta a muchos políticos dar un paso al lado. En España se ha visto que no son pocos los que han hecho de la política una profesión. No hace demasiado tiempo, el prestigioso economista José María Gay de Liébana aseguraba que se ha creado una 'industria' política que genera a las arcas públicas un gasto en torno a los 25.000 millones de euros. He aquí, quizá, uno de los males de la política española: son muchos, demasiados, los que tienen en la política su modus vivendi. Por esto, pocos se retiran y cuando lo hacen suele ser por un adverso resultado en las urnas. Evidentemente, los políticos y allegados son necesarios -seguro que no tantos- y deben ser remunerados, pero también sería sano contar con políticos que se puedan ir cuando quieran porque pueden vivir sin el erario público. ¿Qué tal una limitación de mandatos?

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