Crónica Personal

El culpable

Sánchez es quien preside el Gobierno, el que manda en el equipo, el único que puede decir te callas o ahí está la puerta

Se cargan las tintas contra Pablo Iglesias, pero el culpable de la situación que vive España es el presidente de Gobierno. Iglesias está donde siempre ha estado, en una posición anticonstitucional, antimonárquica, con posiciones tibias ante el terrorismo de ETA y ante los independentistas. Con propuestas demagógicas en lo social y faltas de rigor en lo económico, y con dictatoriales regímenes internacionales como referentes.

Tan es así, que el propio Sánchez dijo aquello que quedará para siempre como recuerdo de su capacidad de engaño: que un pacto con Podemos le quitaría el sueño. Era como para quitárselo, porque Podemos defendía unas posiciones que producían pavor. A Sánchez, sin embargo, no le dolieron prendas en aparecer como mentiroso al incumplir su palabra, pero la mentira y el engaño se quedan cortos ante algo peor: asumir lo que Podemos defendía, aunque choque con los principios que forman parte de las señas de identidad socialista.

Iglesias no ha renunciado a ninguno de sus objetivos, a ninguno: es Sánchez el que no ha movido un dedo para impedir que pudiera alcanzarlos -algunos de ellos claramente anticonstitucionales- y los ha convertido en objetivos también de su Gobierno. Así que es absurdo mandar a Iglesias y a Garzón a los leones, porque es Sánchez el que preside el Gobierno, el que manda en el equipo, el único que puede decir te callas o ahí está la puerta. Lo de Garzón es patético, el ministro florero ha pretendido tener presencia con una frase envenenada contra el Rey, en un gesto típico de la gente inconsistente que a falta de ideas inteligentes se quiere hacer notar con exabruptos.

Jamás se ha vivido en la España democrática una situación tan alucinante, tan grave, como la actual. Con un Gobierno que ha ocupado las instituciones y que ha puesto en marcha los instrumentos para intentar desprestigiar y eliminar al Jefe del Estado. Primero mete en el Gobierno a quienes llevan en su programa la abolición de la monarquía y, a continuación, se sube a ese carro con armas y bagajes. Paralelamente negocia con los que quieren romper la unidad de España y con los que apoyaron una banda terrorista que provocó miles de víctimas, mil de ellas mortales. Ataca a los jueces y fiscales que pretenden realizar su trabajo sin componendas políticas. y miente, miente y miente.

En España un presidente sólo puede ser relevado por fallecimiento o enfermedad grave, por dimisión o a través de una moción de censura. Así que a los que defienden la Constitución, la mayoría de los españoles pero no todos los miembros del Gobierno, sólo les queda apretar los dientes y aguantar la rabia. No nos merecemos esto y lo malo es que va a durar al menos hasta el fin de la legislatura.

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