Monticello
Víctor J. Vázquez
Un triunfo póstumo
Ahora que acaban de comenzar el colegio, el curso político y el judicial, no les voy a hablar de Max Planck, padre de la física cuántica, ya tenemos bastante…, sino de algo mucho más prosaico. Por un lado, de la física, que explica la regla de que, si estás fuera es porque no estás dentro, o sea, de la contraposición dentro-fuera, la que tan bien nos enseñaban los Teletubbies y en Barrio Sésamo.
Y es que es una evidencia científica el que, si quieres entrar en alguna parte es porque estás fuera de ella, esto es, out. Y si estás out es por alguna razón, que puede ser de lo más variopinta: marginación, postergación, exclusión…, en función de qué out se quiera analizar.
En lo que respecta al out generalizado en el que está Granada desde hace 43 años, aquí ya no sólo entra la física, sino también la cuántica, pero en el sentido de cuantificación del agravio sistemático a nuestro territorio por parte de una autonomía en la que nunca se nos debió incluir. Cero absoluto y última posición en el ránking nacional para Granada en la mayoría de los parámetros: paro, pobreza, inversiones, infraestructuras, fomento, servicios públicos, sanidad, educación…, y en lo poco en lo que destacamos es gracias al esfuerzo de particulares y a la encomiable labor investigadora de la UGR, a pesar de ser perjudicada en el reparto presupuestario.
Esta es la auténtica realidad de Granada, por más que se efectúen complejas operaciones físico-cuánticas, aderezada además por el despojo de la gestión de la Alhambra, Cetursa, Parque de las Ciencias…, de la EASP, la IX Región Militar, el IAPH, Salas del TSJA…
Tras cuatro décadas de hipercentralismo sevillano y descarado favoritismo hacia Sevilla, ha quedado más que demostrada la ineficiencia de Andalucía y su Junta respecto a Granada.
Sin espacio para nuestra identidad territorial, histórica y cultural diferenciada, sin espacio para nuestro desarrollo ni para nuestro progreso, cercenando nuestras expectativas de presente y futuro, y mutilando nuestras iniciativas, porque siempre han primado los intereses de otros. Esa es nuestra única realidad físico-cuántica en Andalucía.
La autonomía propia es legal, legítima y constitucional, y, tras 43 años postergados por Andalucía, es la única vía de esperanza para que Granada alcance los niveles de desarrollo, progeso, empleabilidad y prosperidad que ya han adquirido muchos territorios de España, incluidos aquellos que han conformado comunidades autónomas uniprovinciales, incluso sin derechos históricos ni territoriales para ello.
Aunque nos espera un curso duro, no se olviden de nuestra realidad, porque la autonomía propia es el único portal físico-cuántico que nos llevará desde fuera adentro...
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