En defensa de la tos

Hay una legión de agorafóbicos que ven virus en todas partes y que si no se han adueñado de sus cuerpos, sí de sus mentes

Limpiadas ya mil veces nuestras manos, nos queda limpiar nuestras conciencias. No es bueno que el miedo y las obsesiones se instalen en nuestros pensamientos. El otro día, un camarero me contó que tras haber limpiado con gel el espaldar, los reposabrazos y el asiento, un cliente le obligó a limpiar las patas de las sillas y de las mesas, como si allí estuvieron confinados los bichos del coronavirus. Era un anciano de muchos años que ya tenía su vida amortizada, aun así, temía enormemente ser contagiado por el virus. "Yo creo que ese hombre vivirá con ese miedo ya hasta que se muera", me dijo el camarero, lo había visto en sus ojos. Este confinamiento si algo ha creado es una legión de hipocondríacos y agorafóbicos que ven virus por todas partes y que si bien no se han adueñado de sus cuerpos se han adueñado de sus conciencias. Conozco a uno que es más hipocondríaco que Woody Allen, que tiene dicho que cuando muera echen las cenizas cerca de una farmacia. Ese amigo lleva tres meses sin salir de casa. El abastecimiento del condumio se lo administra un supermercado y cuando ha necesitado algo lo ha pedido por Amazon, eso sí, asegurándose de que los repartidores dejen todo en el umbral de la puerta. Los peligros que no existen son los que más miedo dan, decía el otro día El Roto en su chiste. Estoy seguro de que con el Covid-19 habrá personas que ya no darán abrazos a nadie y que seguirán mirando de reojo al resto de la especie humana. Nos hará a todos más misántropos, más desconfiados y, lo que es peor, más maleducados.

También habrá que aprender a ser más benévolo con las personas que tosen. Antes se podía toser en una reunión sin ningún problema. Bueno, exceptuando aquella vez que un famoso director de orqueta suspendió una actuación porque una señora de la tercera fila no podía contener la tos. Ahora carraspeas un poco y te lanzan miradas que parecen cuchillas de afeitar. En los años A. C. (Antes del Coronavirus) una persona podía toser por alergia a una planta, porque tenía una flema que le molestaba o simplemente porque le apetecía, pero ahora se tose con miedo porque algunos pueden pensar que se trata de un infectado. En fin, que habrá que modificar muchas cosas. Yo por lo pronto no me quitaré la mascarilla hasta el año que viene por estas fechas, vayamos a pollas.

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