LLEGAR a ser secretario general del PSOE andaluz, presidente de la Junta y presidente nacional de su partido no le ha sido fácil a José Antonio Griñan. Su antecesor en Andalucía y hasta entonces fraternal amigo, se resistió todo lo que pudo a abandonar la secretaría general andaluza; en cuanto a la presidencia nacional de su partido, fue más un regalo de Rubalcaba a los socialistas andaluces que una distinción a su persona, porque se sabía que él no apoyaba a Rubalcaba para la secretaría general, sino a su competidora, Carmen Chacón y, en fin, la presidencia de la Junta no la obtiene, como sus antecesores, por haber conseguido la mayoría absoluta, sino gracias a un pacto, en principio incómodo, con IU. Pero una vez logrados estos objetivos, que hay que reconocer que son muy importantes para un político -no le falta más que la presidencia del gobierno de España-, su moral y estimación propia han aumentado hasta el límite que también él parece sentirse investido de otra "Delegación de la Providencia Divina para Asuntos Terrenales".

Pese a que su gobierno recorta e impaga prestaciones y servicios, vende la idea de que él hace las cosas de manera diferente que el gobierno de Madrid, si bien hasta el momento las diferencias sólo han consistido en la promesa de dar desayuno y almuerzo a los escolares que lo necesiten, en lugar de los ordenadores que su gobierno les regalaba indiscriminadamente, y en legislar unas expropiaciones de viviendas desocupadas, propiedad de los bancos, que cuando despierta recelos en Europa, le hace decir que "Europa no le vale".

Su última ocurrencia la ha tenido en la Fiesta de la Rosa del PSOE, en Jaén, diciendo en el calor del mitin que "Andalucía es de izquierdas, porque es más sabia que otros sitios y conoce de verdad lo que es la derecha, incluso antes de que gobernara". Sin embargo, eso de que los andaluces son sabios al no votar al PP no se corresponde con los resultados de las tres últimas elecciones celebradas, (municipales, generales y autonómicas) en todas las cuales el PP fue el partido más votado.

Se le puede perdonar su comentario si consigue que el consejo territorial del PSOE aprueba su propuesta para la reforma constitucional de que la soberanía le corresponde al pueblo español en su conjunto, y no es fraccionable.