Quousque tamdem

Luis Chacón

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La democracia según Pablo

No es de recibo que un miembro del gobierno afirme que la democracia espaola no es plena

El vicepresidente Iglesias ha construido su biografía política sobre la provocación mediática. Es un polemista experto, un revisionista falseador de la historia y un pendenciero nato. El problema es que ya lo vamos conociendo de más y cada vez, sus boutades generan menos sorpresa. No es de recibo que un prominente miembro del gobierno afirme alegremente que la democracia española no es plena porque el señor Junqueras y con él, otros líderes del intento de golpe de estado en Cataluña, están en la cárcel y el señor Puigdemont en Bruselas. Evita decir -porque ni lo obvia, ni lo olvida, ni se le malinterpreta- que el primero ha sido condenado por el Tribunal Supremo con todas las garantías procesales exigibles en cualquier estado de derecho y el segundo está huido de la justicia y pendiente de juicio. Curiosamente, se ha defendido ante el escándalo generado, afirmando sin sonrojarse que el hecho de que tantos le critiquen es la prueba evidente de que dice la verdad. Algo que nos ha recordado mucho a otro populista como Mr. Trump. De todos modos, le tomarán la palabra los terraplanistas y certificarán que la tierra no es esférica aportando como argumento de autoridad la doctrina Iglesias.

Lamentablemente, el vicepresidente no lanza esa insidia a humo de pajas. Lo hace conscientemente. No es un mero cálculo electoral como han afirmado algunos, ni una manera -otra más- de comprar voluntades y votos que le aseguren su puesto en el gobierno. Algo imprescindible para garantizar su supervivencia política y la de un partido cuyo apoyo se va agotando a causa de un liderazgo mesiánico y la exigencia de lealtades inquebrantables a él mismo y a la guardia pretoriana que le rodea.

Realmente, lo que el señor Iglesias hace es dejar meridianamente claro cual es su visión de la democracia. O mejor, qué democracia quiere para España. No es más que eso que se ha venido en llamar democracia iliberal y que supone la negación de la propia esencia de la democracia. Al señor Iglesias lo que le interesa es el poder para imponer desde el gobierno su modelo de sociedad. Un modelo que niega el pluralismo porque todo el que no piensa como él no es demócrata y es un fascista. Esa forma de entender la política es la mayor amenaza que se cierne sobre las democracias en todo el mundo. Y sería el fin de la sociedad abierta, plural e inclusiva que aboga por la convivencia y la colaboración entre todos los ciudadanos.

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