Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Un desastre

¿Para qué sirve un confinamiento perimetral si dentro del perímetro la gente puede moverse con libertad?

Dado que los jóvenes irresponsables e insolidarios tienen derecho a divertirse, y que su derecho a fiestas y a juergas ha terminado por confinarnos a todos y a aupar a Granada al podio de las desdichas -1.140 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes, 890 en la provincia y 1.361 positivos en un día-, los demás ciudadanos también queremos tener derechos.

Queremos tener derecho a nuestra salud y a la de nuestros familiares, que esos jóvenes egoístas cercenan con sus botellones y copas por encima de la vida de los demás. Queremos también tener derecho a que todo el mundo lleve mascarilla, porque nos protege a todos, y no ver a la mayoría de esos jóvenes descontrolados sin ella o que la lleven como barba.

Queremos tener derecho a no sufrir ni confinamientos ni toques de queda que arruinan nuestra economía, adoptados para evitar que los jóvenes se desfasen en fiestas en la calle, bares o pisos.

Queremos tener derecho a poder ir a los comercios y empresas de alrededor de nuestro municipio, y a los que, según parece, tampoco podemos acudir, porque la Junta primero dijo que sí habría movilidad entre los municipios confinados y luego que no, rectificando al propio alcalde de Granada, como también pasó cuando aseguró que la UGR no se cerraría y la Junta la confinó dos horas después.

El resultado es jóvenes sólo con derechos y el resto sólo con deberes, o sea, un desastre. Un desastre porque estos jóvenes insolidarios nos han llevado a esta crítica situación de salud, y estos dirigentes están actuando tarde y mal ante tantas irresponsabilidades juveniles que agravan la crisis sanitaria.

Tarde porque han consentido el desenfreno demasiado tiempo, cuando cada minuto de prevención y contención cuenta. Y mal porque estos políticos poco o nada se coordinan y se rectifican continuamente creando confusión en los ciudadanos, no hay más que ver sus desencuentros y contradicciones continuas. Con lo poco que hacen por nuestra tierra ya podrían hacerlo bien...

¿Para qué sirve un confinamiento perimetral si dentro del perímetro la gente puede moverse con libertad -hasta las 23:00 horas- y contagiar a todo el que esté allí? ¿No sería mejor anular totalmente los focos de contagio en los que, sin mascarillas, el virus ha campado a sus anchas?

En fin, un desastre tras otro. Las medidas duras llegan mal y tarde porque el buenismo de nuestros políticos para no perder votantes es intolerable, la salud de los granadinos debe estar por encima de todo y para estos dirigentes no parece ser lo primero…

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