El deseo, deseado

El deseo, deseado

"¿tienes un chicle?". "¿Que si quiero, o que si tengo?". De tratarse de horas extra en el trabajo y no de la chuchería, el cerebro seguro que no maquilla el sonido. Porque querer entender no es lo mismo que hacerlo correctamente. Cuando el deseo se cruza, los sentidos se confunden y se dejan caer en brazos de 'por si acaso'. "Que si quiero o que si tengo" y un ojalá a la deriva en los segundos de espera.

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