Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

El desgobierno de Sánchez

Mientras abre una crisis con Argelia, ha insultado a la España que clama en la calle

El desgobierno de Sánchez es cada día más ostensible. Incluso ha utilizado métodos dictatoriales, como ha ocurrido en el giro de la posición española de equilibrio en el conflicto del Sáhara, tras haber abandonado a los saharauis, durante la agonía de Franco, ante la 'Marcha verde' organizada por Hassan II. El presidente español ha dado uno de sus habituales bandazos y ha apostado por apoyar las tesis de Marruecos, en contraposición del referéndum recomendado por la ONU. Lo ha hecho con nocturnidad y alevosía, sin dar cuenta al Parlamento, ni siquiera a sus socios de coalición ni a los de investidura, y menos a la oposición. La política exterior es asunto de Estado, basada en el consenso y no puede depender exclusivamente de un presidente, caracterizado por sus veleidades. Gobierna -o desgobierna- un Estado democrático y no una república bananera. Por si fuera poco, los españoles nos hemos enterado por los fragmentos de la carta de Sánchez que ha publicado el reino alauita de ese nuevo cambio de chaqueta, en una nueva humillación a España. No conocemos los términos del acuerdo -chirría que la integridad territorial de España dependa de Marruecos- y hasta ahora no se han dado explicaciones concretas. Sólo conocemos la reacción indignada de Argelia, que ha retirado su embajador, de la que depende en gran medida el suministro de gas, especialmente importante en estos momentos de crisis por la invasión rusa de Ucrania.

La factura energética es, precisamente, la que ha sacado a la calle a transportistas, agricultores, ganaderos y ha obligado a los pescadores a amarrar en los puertos a sus naves. Cuando escribo estas líneas ignoro si los inútiles ministros y ministras del ramo, habrán llegado a un acuerdo, aunque se han negado a negociar con los convocantes de los paros, calificándolos de peligrosos ultraderechistas. Supongo que habrá de todo en esta España que sale a la calle, pero sean de cualquier ideología los protagonistas de esta situación de desabastecimiento y malestar generalizado, el deber de un Gobierno es buscar soluciones urgentes para paliar una crisis que no sólo ha aflorado por la guerra del sanguinario Putin, sino que es un problema lejano, relegado por el desgobierno de Sánchez.

Es natural que los asfixiados por los precios de los carburantes y la energía piensen malévolamente que Sánchez se despreocupa de estos asuntos porque no afectarán a la utilización de su Falcon para pasear por Europa, a la que, entre otras cosas, invita a financiar un gaseoducto para conducir el gas que recibimos de Argelia, aunque ya veremos si no se corta por la crisis que don Pedro ha abierto con su repentino arrodillamiento ante Mohamed VI, del que dependerá la "integridad territorial de España". ¡Vergonzoso!

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