Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

El día después

Recuperar nuestra historia es responsabilidad de todos, de las generaciones presentes para con las futuras

En el día después del 1-O, en el que la CUP va a presionar a Puigdemont con la declaración unilateral de independencia, lo que puede comportar que la plana mayor de la Generalitat pueda ser acusada de delito de rebelión, también quiero agradecer el compromiso de los granadinos con la concentración de ayer en Granada en defensa de la Constitución Española.

Y precisamente por ello quiero una vez más dejar clara mi posición constitucionalista en relación a un posible autogobierno autonómico de la región de Granada, ya que la vía para conseguir una autonomía territorial es la de la legalidad y la constitucionalidad, la que habilitan los artículos 144 a) y 143 de nuestra Carta Magna, que permiten que un territorio con más derechos históricos, culturales, sociales e institucionales que los privilegiados de Cataluña, País Vasco o Galicia pueda acceder a constituir una región con plena gestión de sus propios intereses.

Porque es cierto que cada día son más los ciudadanos que viven en Granada y su provincia que están a favor de la gestión autónoma de nuestro territorio, dada la postración deliberada y dolosa por parte de Sevilla y del andalucismo más rancio. El debate está en la calle, en las colas del súper, en el autobús… pero, para quienes comparan la idea de una Comunidad Autónoma diferente de la andaluza para el Reino de Granada con el independentismo catalán, recordarles la diferencia fundamental, cual es que Granada quiere permanecer dentro del Estado español y dentro del ordenamiento jurídico y constitucional.

Aparte de quienes alegan -probablemente por desconocimiento de la legalidad vigente- que estos argumentos se enmarcan dentro del independentismo -nada más lejos de la realidad como acabo de exponer-, hay quienes se agarran al argumento de que Andalucía unida es más fuerte ¿Más fuerte en qué? ¿En conseguir más prebendas y más dinero para Sevilla y en que nos quiten lo poco que ya nos queda? En 40 años sólo hemos recibido una cosa, volver al siglo XIX en infraestructuras, en instituciones, en influencia, es decir, hemos vuelto a ser el vagón de cola de un tren que ni tan siquiera tenemos. Si podemos gestionar nuestros propios intereses con la misma autonomía que Navarra, Murcia, Asturias, Santander o Logroño, vamos a poder devolver a este territorio el esplendor de tiempos pasados y un progreso económico y social que lleve a esta región definitivamente al siglo XXI.

Además, 40 años son más que suficientes padeciendo el andalucismo autonómico para saber de primera mano lo que no queremos para Granada, porque la experiencia es la madre de la ciencia, y tras 4 décadas de experiencia excluyente y empobrecedora en todos los sentidos, los granadinos nos sentimos más que legitimados para pedir un cambio dentro del marco constitucional de España.

Así, en el día después del independentismo catalán, los granadinos, en el absoluto respeto a la Constitución Española y al Estado de Derecho, seguimos reivindicando lo que en justicia territorial nos pertenece y que nos fue arrebatado allá por 1833. Recuperar nuestra historia para nuestros ciudadanos es responsabilidad de todos, de las generaciones presentes para con las futuras.

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