Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

Al día siguiente

La pedantería que hoy exhibo se debe a que estoy confinado en casa y, cuando esto me sucede, me da por leer

Los humanos siempre hemos tenido cogido con alfileres el día siguiente de nuestras vidas, aunque nos guste creer que mañana las cosas importantes van a seguir ahí, como siempre.

"Contamos", al decir de Ortega y Gasset, con que, al levantarnos de la cama, las calles estarán puestas: "No se negará", explica, irónicamente, "que para resolverse a salir a la calle es de cierta importancia que la calle exista". La imperdonable pedantería que hoy exhibo, se debe a que estoy confinado en casa y que, cuando esto me sucede, me da por leer.

Me pasó en el internado, al cual debo el haber frecuentado, de adolescente, los clásicos. Desde entonces, no he tenido más patria que mi lengua castellana (embellecida por el andaluz) y los platos de cuchara que tanto me faltaron entonces y que me han convertido en un glotón, casi suicida; en un arrogante enemigo de las insignificancias de la cocina creativa. Terne en mi pedantería, diré que en La asamblea de las mujeres (392, a.C.), Aristófanes propone, por boca de Praxágora, la protagonista, un día siguiente, un mañana, de comunismo radical. Su marido, preocupado, le pregunta que quién trabajará al día siguiente de esa conmoción social, y ella contesta, sin dudarlo: "¡los esclavos!". Deduzco, quizá equivocadamente, que a eso es a lo que se refería Ortega al hablar de creencias: cuando sales a la calle "crees" que no la habrán retirado por la noche y que no te vas a precipitar al vacío.

En la hipotética sociedad comunista ateniense, que imagina Aristófanes, muchas creencias, muchas seguridades, se habrán esfumado, pero una, fundamental, la producción de bienes y la prestación de servicios, seguirá en las mismas manos, las de los esclavos. En Ideas y creencias, el ensayo de 1934 que gloso, también habla de la duda: "Pero en esa área básica de nuestras creencias se abren, aquí o allá, como escotillones, enormes agujeros de duda […] en la duda se está como se está en el abismo es decir, cayendo, de pronto sentimos que bajo nuestras plantas falla la firmeza terrestre y nos parece caer en el vacío […], sin poder hacer nada, para vivir".

Nos movemos ahora en un mar de dudas. ¿Cómo será el día siguiente de la superación de la pandemia? Porque la tierra firme que creíamos tener bajo nuestros pies se nos habrá convertido, acaso, en una terra incognita, desconocida y líquida.

Resumen: En mi reclusión, he echado mano de Ortega y Gasset para entender qué pasará al día siguiente de la pandemia.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios