Se han cumplido cien días de la toma de posesión del actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Granada, fecha o evento que, en política, acostumbra a corresponderse con la primera "rendición de cuentas" de quienes gobiernan.

Debo aclarar que quienes en este momento ocupan la alcaldía y las tenencias de alcaldía son el "equipo de gobierno" de esta ciudad, aunque no tengan nada de equipo y apenas se hayan estrenado en eso de gobernar. Que, según la RAE consiste en "mandar con autoridad o regir algo" o bien "dirigir un país o una colectividad política".

Desde junio, la prensa nos ha informado puntualmente de aquello que el Ayuntamiento de Granada está dejando de hacer: resulta que no ha habido concierto inaugural de la temporada de la OCG porque no ha habido tiempo de prepararlo. Tampoco se han reunido los consejos de participación con los que cuenta la ciudad, espacios que garantizan la presencia de la ciudadanía en las acciones municipales: ni el Consejo Social de la ciudad (a cuya convocatoria obliga la ley), ni el Consejo Municipal de la Mujer, ni el Consejo de la Juventud, ni el Pacto de Conciliación, ni el Pacto por el Empleo, ni el Observatorio de delitos de Odio, ni el PECOL… Así hasta 12.

Tampoco se han organizado los conciertos promovidos por el Ayuntamiento de Granada, a través de Granada Ciudad del Rock durante la celebración del Granada Sound. Esta iniciativa suponía un apoyo para los establecimientos hosteleros o al pequeño comercio, tan importantes en la economía granadina.

Pero es que el alcalde, el del partido que tiene 4 de los 27 concejales, tampoco ha tenido tiempo de acudir a la inauguración del curso académico de la UGR, como si esta institución no fuera uno de los referentes de nuestra ciudad, no solo por el prestigio académico, sino también por el peso económico que toda su actividad genera en una ciudad como la nuestra.

Las ludotecas municipales no se sabe qué futuro van a tener, el pabellón Mulhacén permanece cerrado desde principios de septiembre sin que se sepa qué va a pasar…

En fin, mucho trabajo que debería estar en marcha y del que nada se sabe.

La última escenificación de la parálisis municipal (y esta es ya casi de risa, si no estuviera en juego el futuro de toda la ciudad) ha sido la anulación de la rueda de prensa para valorar los cien días de gobierno. Aunque la convocatoria de esta reunión se mandó a la prensa el pasado viernes resulta que el lunes, a cuatro minutos de la hora prevista, el gabinete de comunicación del Ayuntamiento anunció que se suspendía, aplazada hasta ayer.

Aunque bien mirado: si no tienes nada que decir, mejor te callas.