Editorial

La dimisión de Tezanos se antoja urgente

Que el Gobierno de Pedro Sánchez carece de escrúpulos al hacer un uso partidista de las instituciones quedó de manifiesto antes de que arrancara la legislatura, cuando la ex ministra de Justicia, Dolores Delgado, ocupó el cargo de fiscal general del Estado. Toda una declaración de intenciones. Pero el caso del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) va camino de rozar el esperpento. Tras hacer el ridículo después de otorgarle opciones a la izquierda en las elecciones madrileñas en las que arrasó Ayuso, el órgano que preside José Félix Tezanos ha vuelto a desmarcarse de los sondeos situándose en la diana de todas las críticas, tras destacar otra vez al PSOE como favorito a ganar en los comicios de Castilla y León, un punto por delante del PP. Si hay un órgano estatal que no puede ser objeto de polémicas políticas, tanto por su naturaleza como por las funciones previstas, éste es el CIS, cuyo objeto no es otro que realizar una radiografía de la sociedad lo más profesional posible, que no admita discusiones partidistas. Si este fin se incumple por sistema, la transparencia de las instituciones se verá socavada y se resentirá nuestra salud democrática. Más allá de juzgar la labor técnica de los estudios y el trabajo de las decenas de buenos profesionales, el CIS no puede convertirse en arma arrojadiza y mucho menos ser manipulado para favorecer intereses al servicio del Gobierno de turno. Por todo ello, la dimisión de Tezanos no sólo resulta necesaria, sino que en estos momentos se antoja más urgente que nunca, ya que ha sido incapaz de concitar el respeto del resto de los grupos políticos y de las consultoras de investigación social. Tezanos ha despertado recelos desde el primer día y es lógico, a tenor de que justo antes de presidir el organismo estatal pasó por la Ejecutiva del PSOE de Sánchez. Si en lugar de presidir la institución una persona con esa clara conexión política hubiese sido un profesional independiente, muchas de las dudas que hoy genera no existirían y el daño causado al CIS no sería casi irreparable a estas alturas.

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