Todo dios está en campaña

En vez de acudir al pleno sobre el colapso sanitario, como era su obligación, Moreno se fue de elecciones con Mañueco

En una entrevista con Íñigo Alfonso ayer en RNE, el presidente Moreno dijo con tono de reproche que Vox, PSOE y Podemos están en campaña. Un reproche, entiéndase, estilo Moreno: educado, respetuoso, moderado y sensato, según se fue definiendo a sí mismo. No debería regañar a la oposición porque "siempre está antagónica" en contra de su gobierno minoritario, "instalada en el blanco o negro". Porque luego suelta como cafres contra el sanchismo a sus portavoces en gobierno, partido y parlamento, esa tripleta de Gattusos formada por Bendodo-López-Nieto. Es tan incoherente como hacerse retratos detrás de un letrero que pone revolución verde y blanquear más de mil hectáreas de regadíos ilegales que perjudican a Doñana o autorizar hoteles en reservas de la biosfera como Cabo de Gata.

El presidente se siente atrapado y condicionado por tan malvada oposición, cargada de ideología, dispuesta a reventar la legislatura. Y le gustaría librarse de ella con un respaldo abrumador como el de Ayuso. Como el que desea a Mañueco en cuyo auxilio acudió ayer a Castilla León en vez de estar como era su obligación en el pleno sobre el colapso sanitario en el Parlamento andaluz. Moreno está en dos campañas; en la castellana y en la suya propia. La andaluza no tardará, por eso dijo en RNE que quiere gobernar en solitario. Declara estar satisfecho de la coalición, pero ahora quiere un gobierno monocolor, sin Cs, sin Vox y sin agobios. Y hace guiños al centro izquierda; deja caer que sintonizaba con muchas cosas de los ejecutivos de Felipe González y que el PSOE andaluz era un partido con hondas raíces en la tierra, autónomo, que ha sido convertido por el sanchismo en una delegación. Él también se mete con el sanchismo, como ven, pero con su estilo de terciopelo.

En las últimas tres semanas, en su cuenta de twitter hay fotos en Bruselas con vicepresidentes de la Comisión o la presidenta del Parlamento Europeo, amenazas de disolución desde Madrid, reuniones del Consejo de Gobierno en provincias en donde Vox aventajó al PP, y un sinfín de primeras piedras: depuradora en Puerto Real, planta de compostaje en Villamartín, paseo del Guadalmedina en Málaga, un centro de FP aeroespacial en La Rinconada, un hospital en Roquetas, un colegio en El Ejido… Cada primera piedra, cada viaje, cada foto, es como un golpe en el tamtam electoral. Es verdad que la oposición piensa en las urnas. Pero aquí todo dios está en campaña. Y la principal de todas es la agenda del presidente.

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