Las efemérides no bastan

¿Por qué no nos proponemos que los 365 días del año sean los que dediquemos a conseguir un mundo mejor?

Ya estamos en diciembre. Ese mes en que la Navidad inunda todo de emociones, sentimentalismo y mucho consumo. El mes que sigue al de noviembre, con la multitud de actos contra la violencia machista que lo caracterizan. El mismo que empieza con el Día Mundial la lucha contra el sida.

Cada año se cruzan en nuestra vida multitud de efemérides y conmemoraciones, días de denuncia, campañas de sensibilización. Cada año participamos en ellas, en la medida de nuestra agenda o empeño. Aunque nos invada el desánimo, lo cierto es que cada una de esas gotas están sirviendo para llenar el vaso de un mundo mejor. Y, aún así, cada año tenemos que volver a recordar: la lucha contra el sida, la lucha contra la violencia machista, la lucha contra demasiadas injusticias y agresiones. ¿Por qué no nos proponemos que los 365 días de cada año sean los que dediquemos a conseguir un mundo mejor? ¿Por qué no nos marcamos como objetivo que no haya "días de" sino que todos los días sean ese?

En Bélgica, Londres, Madrid. En octubre, en noviembre se han sucedido campañas de movilización contra el acoso que sufren las mujeres en los bares y locales de ocio, disparadas en los últimos meses y en las que se constata un cada vez mayor uso de drogas para conseguir anular la conciencia de esas mujeres. En Bélgica fue Balance ton bar, en Inglaterra Girls Night In, en nuestro país #DenunciaTuBar. El feminismo europeo reclama espacios nocturnos libres de violaciones con sumisión química. Esa Europa en la que muchos países están dando pasos atrás en la defensa de los derechos humanos, de la mano de gobiernos ultraconservadores. Esa Europa en la que la ultraderecha está consiguiendo introducir en la agenda política sus derivas.

Han pasado 28 años desde que la ONU fijara la jornada mundial contra la violencia machista definiéndola como "todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se da en la vida pública como en la vida privada". Ahora mismo, en Europa, una de cada tres mujeres ha sufrido algún abuso físico o sexual a lo largo de su vida. Una de cada dos ha padecido acoso. Una de cada diez ha sido víctima de una violación.

No hay que renegar de las efemérides. Pero necesitamos afianzar lo logrado, avanzar aún más: queda tanto por hacer.

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